El Papa a carismáticos: Se necesitan comunicadores de la belleza del Evangelio

Envía un mensaje a 25.000 participantes del XXVII Congreso Nacional en Rímini

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RÍMINI, viernes, 30 abril 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha querido transmitir la necesidad actual de hombres y mujeres «que sepan comunicar la fascinación del Evangelio» en un mensaje enviado al Congreso anual de la «Renovación en el Espíritu» de Italia (RnS, por sus siglas en italiano), que reúne en la ciudad de Rímini hasta el próximo domingo a 25.000 participantes.

El «Rinnovamento nello Spirito Santo» (RnS) o «Renovación Carismática Católica» (RCC) surgió en 1967 cuando algunos estudiantes de la Universidad de Duquesne (Pittsburgh, Pennsylvania – EE. UU.) participaron en un retiro durante el cual experimentaron la efusión del Espíritu Santo y la manifestación de algunos dones carismáticos.

Desde entonces, la RCC se ha difundido rápidamente por todo el mundo y desde 1970 está presente en Italia. Actualmente más de 100 millones de católicos participan de su espiritualidad en 200 países. Tiene un Consejo Internacional (ICCRS – International Catholic Charismatic Renewal Services) reconocido por el Consejo Pontificio para los Laicos.

En cuanto al RnS italiano, está formado por 1.800 grupos y comunidades presentes en todas las diócesis del país, donde 250.000 personas participan de su espiritualidad. Este año, el congreso anual en Rímini –una gran reunión de oración y evangelización– se transmite vía satélite a todo el mundo.

«He aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva; habrá gozo por siempre por lo que yo voy a crear» (Cf. Is 65, 17-18) es un lema –escogido para esta XXVII edición– «que ayuda a contemplar el gran misterio del gozo cristiano», reconoce el Papa en su mensaje, enviado a través del obispo de Rímini, monseñor Mariano de Nicolò.

«Deseo de corazón –dice a los participantes– que la Renovación en el Espíritu Santo suscite cada vez más en la Iglesia la conversión interior sin la cual difícilmente el hombre puede resistir las seducciones de la carne y las concupiscencias del mundo».

Y es que «nuestro tiempo –reconoce– tiene una gran necesidad de hombres y mujeres que, como rayos de luz, sepan comunicar la fascinación del Evangelio y la belleza de la vida nueva en el Espíritu».

«Con la fuerza arrolladora de la oración de alabanza y la gracia que brota de la vida sacramental –recuerda–, el Espíritu dona incesantemente sus carismas a la Comunidad eclesial, para que sea constantemente enriquecida y edificada».

Pero advierte que al Evangelio de Cristo «hay que corresponder con la audacia de la fe, que es madre de todos los milagros de amor, con la firme confianza que nos hace rogar a Dios todo bien para la salvación de nuestras almas».

«Cada uno, por lo tanto, como verdadero discípulo de Jesús, debe aplicarse sin descanso a seguir sus enseñanzas, haciendo del propio camino de renovación espiritual una permanente escuela de conversión y de santidad», exhorta Juan Pablo II.

«Ser testigos de las “razones del Espíritu”: ésta es vuestra misión, queridos miembros de la Renovación en el Espíritu Santo –constata el Papa–, en una sociedad donde a menudo la razón humana no parece impregnada de la sabiduría que viene de lo Alto».

«Poned en el ánimo de los creyentes que participan en las actividades de vuestros grupos y de vuestras comunidades una semilla de fecunda esperanza en la cotidiana dedicación de cada uno a los propios deberes», pide finalmente el Papa en el mensaje que leyó a toda la asamblea monseñor Dino Foglio, asesor espiritual nacional del RnS.

El cardenal Giovanni Battista Re –prefecto de la Congregación vaticana para los Obispos–, el cardenal Francis Arinze –prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos– y el padre Raniero Cantalamessa –predicador de la Casa Pontificia—figuran entre los invitados al Congreso anual del RnS italiano.

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ZENIT Staff

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