El Papa a los musulmanes: el diálogo debe basarse en la dignidad humana

El respeto reciproco crece solo donde hay entendimiento sobre valores inalienables

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BERLÍN, viernes 23 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- El Papa aseguró hoy a los representantes musulmanes de Alemania que la Iglesia católica quiere fomentar la colaboración y el respeto entre ambas comunidades, y que este diálogo debe basarse en una idea compartida de los derechos humanos.

El encuentro entre el Pontífice y los representantes de las comunidades musulmanes presentes en Alemania, se produjo en la Nunciatura Apostólica de Berlín, poco antes de emprender el viaje papal hasta la ciudad alemana de Erfurt.

El Papa comenzó su discurso constatando el crecimiento de “un clima de respeto y confianza entre la Iglesia católica y las comunidades musulmanas en Alemania”.

Desde los años 70, “la presencia de numerosas familias musulmanas ha llegado a ser cada vez más un rasgo distintivo de este país”, reconoció, advirtiendo sin embargo que “es necesario esforzarse constantemente para un mejor y reciproco conocimiento y comprensión”.

“Esto no es sólo esencial para una convivencia pacifica, sino también para la contribución que cada uno es capaz de ofrecer a la construcción del bien común dentro de la misma sociedad”, subrayó.

Libertad religiosa

El Papa destacó el compromiso de la Iglesia católica “para que se otorgue el justo reconocimiento a la dimensión pública de la afiliación religiosa”.

“Muchos musulmanes atribuyen gran importancia a la dimensión religiosa. Esto, en ocasiones, se interpreta como una provocación en una sociedad que tiende a marginar este aspecto o a admitirlo, como mucho, en la esfera de las opciones individuales de cada uno”, reconoció.

Pero, dijo el Papa, “es necesario estar atentos para que el respeto hacia el otro se mantenga siempre”; y ese respeto “crece solamente sobre la base de un entendimiento sobre ciertos valores inalienables, propios de la naturaleza humana, sobre todo la inviolable dignidad de toda persona”.

Esto se concreta, en Alemania, con el respeto a la Ley Fundamental, “cuyo contenido jurídico es vinculante para todo ciudadano, pertenezca o no a una confesión religiosa”.

Al respecto, destacó que es “significativo” que la Ley Fundamental actualmente vigente, donde se formula la libertad de culto público y otros principios relacionados con la libertad religiosa, fuese promulgada por una sociedad cristiana.

Los “padres” de la Ley Fundamental, dijo el Papa, “no prescindían de su afiliación religiosa; es más, para muchos de ellos la visión cristiana del hombre era la verdadera fuerza inspiradora”; pero sabían “que debían confrontarse con personas de una base confesional diversa, o incluso no religiosa”, y hallaron un “terreno común” en el “reconocimiento de algunos derechos inalienables, propios de la naturaleza humana y que preceden a cualquier formulación positiva”.

Colaboración

El Pontífice aseguró que “es posible una colaboración fecunda entre cristianos y musulmanes”, y que ésta contribuiría “a la construcción de una sociedad que, bajo muchos aspectos, será diversa de aquella que nos ha acompañado desde el pasado”.

“En cuanto hombres religiosos, a partir de las respectivas convicciones, podemos dar un testimonio importante en muchos sectores cruciales de la vida social”, apuntó, señalando “la tutela de la familia fundada sobre el matrimonio, en el respeto de la vida en cada fase de su desarrollo natural o en la promoción de una justicia social más amplia”.

Concluyó por ello su discurso invitando a los presentes a apoyar el próximo encuentro interreligioso de Asís, donde se pondrá de manifiesto, afirmó, “que, como hombres religiosos, ofrecemos nuestra contribución específica para la construcción de un mundo mejor”.

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ZENIT Staff

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