Saint Philip Neri

WIKIMEDIA COMMONS - Stefano Bolognini

El Papa a los oratorianos: "No se conformen con una vida mediocre"

En el mensaje con ocasión del V centenario del nacimiento de san Felipe Neri, el Pontífice desea que la alegría del espíritu oratoniano, esté siempre en sus comunidades y apostolado

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Gracias al apostolado de san Felipe Neri, el compromiso por la salvación de las almas volvía a ser una prioridad en la acción de la Iglesia; y se comprendió nuevamente que los Pastores tenían que estar con el pueblo para guiarlo y apoyarlo en la fe. Lo dice el santo padre Francisco en un mensaje dirigido al padre Mario Alberto Avilés, procurador general de la Confederación del Oratorio san Felipe Neri, con ocasión del quinto centenario del nacimiento del santo.

A los hijos espirituales de san Felipe Neri, el Papa les pide que no se conformen con una vida mediocre. Porque están llamados «a ser hombres de oración y de testimonio para atraer a las personas a Cristo”, asegura el Pontífice. En nuestro tiempo –prosigue– hay una gran necesidad de personas que recen y sepan enseñar a rezar.

También desea que la alegría, característica del espíritu oratoniano, sea sempre el clima de fondo de estas comunidades y del apostolado.Tal y como recuerda el Papa, el recorrido existencial de este santo estuvo profundamente marcado por la relación con la persona de Jesucristo y por el compromiso de orientarle las almas encomendadas a su atención espiritual.

“De esta experiencia de comunión nacía el Oratorio, realidad eclesial caracterizada por intensa y alegre vida espiritual: oración, escucha y conversación sobre la Palabra de Dios, preparación a recibir dignamente los Sacramentos, formación a la vida cristiana a través de la historia de los Santos y de la Iglesia, obras de caridad a favor de los más pobres”, añade.  

Por otro lado, el Santo Padre señala que el padre Felipe, en su método formativo, supo servirse de la fecundidad de los contrastes: enamorado de la oración íntima y solitaria, él enseñaba en el Oratorio a rezar en comunión fraterna; fuertemente ascético en su penitencia también corporal, proponía el compromiso por la mortificación interior marcada por la alegría y la serenidad del juego; apasionado anunciador de la Palabra de Dios, fue predicador de escasas palabras, que se reducía a pocas frases cuando se emocionaba.

Su paternidad espiritual –asegura Francisco– traspasa todas sus acciones, caracterizado por la confianza en las personas, rehuir de tonos sombríos y hoscos, del espíritu de la fiesta y la alegría, de la convicción de que la gracia no suprime la naturaleza sino que la sana, la fortalece y la perfecciona.

De este modo, el Santo Padre reconoce que san Felipe Neri es también un modelo luminoso de la misión permanente de la Iglesia en el mundo.  Por eso asegura que “la perspectiva de su actitud hacia el prójimo, para testimoniar a todos el amor y la misericordia del Señor, puede constituir una ejemplo válido para los obispos, sacerdotes, personas consagradas y fieles laicos».

El Pontífice finaliza su mensaje recordando que “su profunda convicción era que el camino de la santidad se funda en la gracia de un encuentro –con el Señor– accesible a todos». Para personas  «de cualquier estado o condición» desde que le acojan «con el estupor de los niños”.

 

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ZENIT Staff

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