El Papa saluda a Marc Márquez © Vatican Media

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El Papa invita a los motociclistas a ser "campeones de vida"

Gran Premio Octo de San Marino y de la Riviera de Rímini

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(ZENIT – 5 sept. 2018).- Francisco ha animado a los participantes en el Gran Premio Octo de San Marino y de la Riviera de Rímini a reflexionar sobre dos bellas palabras: “Pasión” y “campeón de vida”.
«Contagiad con la pasión: este mundo necesita pasiones, pasión” –ha indicado el Santo Padre–. “Vivir con pasión, y no como quien lleva la vida como un peso. La pasión es seguir adelante”.
A las 9 horas de esta mañana, en la salita adyacente al Aula Pablo VI, el Santo Padre Francisco ha recibido en audiencia a una delegación de motociclistas que participarán en el próximo Gran Premio Octo de San Marino y de la Riviera de Rímini.
En cuanto a la segunda palabra, “campeón de vida”, el Obispo de Roma les ha dicho: “Sí, uno puede convertirse en campeón con un éxito deportivo, campeón del equipo, lo que sea… Pero ‘campeón de vida’ es el que vive con pasión, el que vive con plenitud es capaz de vivir así”.
Entre otros motoristas, el campeón mundial español de Moto GP, Marc Márquez ha saludado al Santo Padre y le ha mostrado su casco. El joven conductor ha publicado una foto con el Pontífice argentino en su perfil de redes sociales, expresando su entusiasmo por el encuentro: «¡Experiencia única, conocer al Papa Francisco y visitar el Vaticano!», ha escrito Márquez.
Igualmente, el piloto español Dani Pedrosa ha participado en la audiencia con el Papa, a quien ha saludado personalmente, publicándolo en redes sociales. El catalán, de 32 años, cuenta con tres títulos en el Campeonato del Mundo de Motociclismo en distintas categorías (2003 en 125 cc, 2004 y 2005 en 250cc).
Publicamos a continuación el texto de las palabras que el Papa ha dirigido a los presentes durante el encuentro, difundido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
***
Palabras del Santo Padre
Queridos amigos,
Me complace recibiros, en representación de los motociclistas que participarán en el próximo Gran Premio Octo di San Marino y de la Riviera di Rímini. Os saludo a todos con afecto: dirigentes, pilotos y técnicos, y os doy las gracias por  esta visita. Saludo especialmente al presidente del CONI, Giovanni Malagò, y le agradezco sus palabras.
Vuestra presencia me da la oportunidad de subrayar la importancia del deporte también en la sociedad actual. La Iglesia considera que la actividad deportiva, practicada en el pleno respeto de las reglas, es una herramienta educativa válida, especialmente para las generaciones más jóvenes: todavía más, insustituible. El fenómeno deportivo, de hecho, estimula una sana superación de uno mismo y del egoísmo, entrena al espíritu de sacrificio y, si se practica bien, despierta la lealtad en las relaciones interpersonales, la amistad y el respeto por las reglas.
Es importante que los que se ocupan de deportes, en varios niveles, promuevan los valores humanos y cristianos que subyacen a una sociedad más justa y solidaria. Esto es posible porque el evento deportivo se expresa con un lenguaje universal que trasciende fronteras, idiomas, razas, religiones e ideologías. Esto se nota, sobre todo, cuando el deporte es amateur, que viene del corazón. Por lo tanto, posee la capacidad intrínseca de unir a las personas, fomentando el diálogo y la acogida.
Os animo a difundir los valores del deporte: contribuiréis así a construir una sociedad más justa y solidaria. Y me gustaría comentar dos palabras que ha pronunciado el presidente. Una es “pasión”: cuando leo noticias de suicidios de jóvenes –y son tantas– ¿pero qué ha pasado allí? Por lo menos puedo decir que en esa vida faltaba “pasión”, alguien no ha sabido sembrar las pasiones para vivir. Y luego las dificultades no se han afrontado con esta pasión. Contagiad con la pasión: este mundo necesita pasiones, pasión. Vivir con pasión, y no como quien lleva la vida como un peso. La pasión es seguir adelante. Y la segunda palabra es: “campeón de vida”. Sí, uno puede convertirse en campeón con un éxito deportivo, campeón del equipo, lo que sea… Pero “campeón de vida” es el que vive con pasión, el que vive con plenitud es capaz de vivir así. “Pasión” y “campeón de vida”: dos bellas palabras.
Con estos deseos, mientras os aseguro así como a vuestras familias un recuerdo en la oración, invoco de buen grado invoco sobre vosotros la bendición del Señor.
© Librería Editorial Vaticano

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ZENIT Staff

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