El Papa aboga por una Tierra Santa reconciliada en su pésame por la muerte de Arafat

Espera que se avance hacia una paz con dos Estados soberanos

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 11 noviembre 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II implora paz para una Tierra Santa en la que vivan «reconciliados» dos estados soberanos en el mensaje de pésame que envió este jueves al recibir la noticia de la muerte de Yasir Arafat.

«En esta hora de tristeza», el Santo Padre asegura en un telegrama que se siente «particularmente cercano a la familia del difunto, a las autoridades y al pueblo palestino» y «pone su alma en las manos de Dios Omnipotente y Misericordioso».

La misiva escrita en inglés ha sido enviada en su nombre por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado a Rawhi Fatthu, presidente del Consejo Legislativo Palestino.

En el texto, el Papa se dirige «al Príncipe de la Paz para que la estrella de la armonía brille pronto en Tierra Santa y para que los dos pueblos que allí moran puedan vivir reconciliados entre sí como dos estados independientes y soberanos».

Poco después del anuncio de la noticia del fallecimiento del líder palestino, en la mañana del jueves, Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede, publicó un comunicado en el que recuerda a Arafat como a «un líder de gran carisma, que amó a su pueblo e intentó guiarlo hacia la independencia nacional».

«¡Que Dios acoja en su misericordia el alma del ilustre difunto y conceda la paz a Tierra Santa, con dos estados independientes y soberanos, plenamente reconciliados entre sí!», deseó el director de la Oficina de Información de la Santa Sede.

Juan Pablo II y Yasir Arafat se han encontrado en doce ocasiones durante los 26 años de pontificado del Santo Padre: la primera el 15 de septiembre de 1982 y la última el 30 de octubre de 2001. El líder palestino y el Santo Padre se encontraron también en Belén durante la peregrinación del Papa a Tierra Santa en marzo de 2000.

En estos encuentros, el Papa subrayó la necesidad de garantizar la seguridad de los israelíes así como el derecho a un estado soberano de los palestinos.

El 25 de octubre de 1994 la Santa Sede anunció que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y la Santa Sede entablarían relaciones estables de «comprensión y cooperación».

El 15 de febrero de 2000, Juan Pablo II recibió a Arafat y a una delegación para la firma de un acuerdo de base entre la Santa Sede y la Organización para la Liberación de Palestina, en calidad de representante de la Autoridad Nacional Palestina sobre diversas cuestiones jurídicas relativas a la presencia y actividad de la Iglesia católica en el territorio dependiente de la Autoridad Palestina.

El patriarca latino de Jerusalén, Su Beatitud Michael Sabbah, reconoció este jueves a los micrófonos de «Radio Vaticano» que Yasir Arafat intervino personalmente en varias ocasiones en contenciosos para garantizar el derecho a la libertad religiosa de los cristianos en los territorios de la Autoridad Nacional Palestina.

Un artículo publicado este jueves por la edición italiana de «L’Osservatore Romano» recuerda como máximo éxito de Arafat la firma en la Casa Blanca, en septiembre de 1993, de la Declaración de principios junto a Yitzhak Rabin en el histórico apretón de manos.

Al mismo tiempo, el artículo firmado por Marcello Filotei reconoce que, tras el fracaso de los acuerdos de paz de Wye Plantation, en Estados Unidos, y con el inicio, en septiembre de 2000 de la segunda Intifada, su liderazgo fue puesto en discusión.

Por una parte Israel y Estados Unidos le reclamaron mayor firmeza contra el terrorismo –afirma el diario oficioso vaticano–; por otra parte, sectores radicales palestinos le consideraban demasiado «condescendiente» en las negociaciones. Se dieron también acusaciones de corrupción en el gobierno de la Autoridad palestina que el mismo Arafat denunció pocas semanas antes del final de su vida.

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ZENIT Staff

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