El Papa abrazó a los discapacitados y rezó en el cementerio de los abortos

Día 3 del viaje apostólico: En Centro «House of Hope», en en Kkottongna la coreografía musical de niños. De camino a su siguiente encuentro, el Pontífice rezó en el cementerio para niños abortados

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El santo padre Francisco ha visitado en su tercer día en Corea, un complejo de instituciones de rehabilitación, sanitarias, religiosas y espirituales fundado por el padre Padre John Oh Woong Jin.

A la llegada en el helicóptero, el Santo Padre ha sido acogido por el fundador de la Comunidad, el padre John Oh, por el obispo de Cheongju, monseñor Gabriel Chang Bong-hun, y por algunas autoridades locales, en presencia de miles de fieles. De este modo, realizó un breve recorrido en un coche descubierto y saludó a los presentes, deteniéndose especialmente a besar y bendecir a los bebés y niños más pequeños que le acercaban.

En el Centro de Recuperación le esperaban unos 150 pacientes adultos y unos 50 niños discapacitados venidos de otro centro cercano, además de los 70 trabajadores sanitarios y educadores del Centro. Al entrar el Papa, se podía escuchar en español a un coro cantando «Vive Jesús el Señor» y mientras Francisco seguía con los saludos, se seguían escuchando canciones en la lengua nativa del papa argentino.

Después del saludo de bienvenida del obispo de Cheongju, los niños han representado una pequeña coreografía musical y han entregado al Santo Padre algunos trabajos artesanales. El papa Francisco entre sonriente y emocionado, ha visto el animado baile de los pequeños. A continuación, ha comenzado a saludar a los discapacitados. Charlando con las religiosas que les atienden, los educadores y personal sanitario, Francisco se ha detenido con los enfermos y les ha hecho llegar su cariño y comprensión. Por su parte el Santo Padre ha llevado como regalo un mosaico que representa la «Natividad».

En un encuentro cargado de emociones, el Papa ha pasado casi una hora en el centro «House of Hope». De este modo, ha compartido un tiempo con las personas discapacitadas, así como con los educadores y personal sanitario. Bebés en cunas, niños, jóvenes, adultos y ancianos en sillas de ruedas, todo ellos con alguna discapacidad, han podido ver de cerca al Santo Padre y recibir, sin prisa, su caricia, su bendición y su abrazo; en uno de los encuentro más emotivos del viaje del Papa a Corea.

Finalmente, el Santo Padre ha dejado la «House of Hope» y se ha dirigido en coche al Training Centre «School of Love» para el encuentro con las Comunidades Religiosas en Corea. En el camino, ha hecho una breve parada para rezar ante el «Jardín de los bebés abortados» e presencia de un representanción de los activistas pro-vida y de un misionero coreano sin brazos ni piernas, el hermano Lee Gu-won.

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Staff Reporter

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