El Papa alienta la contribución de los católicos al futuro de Sudán

Les pide en particular atender las urgentes necesidades de los refugiados

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CIUDAD DEL VATICANO, 15 diciembre 2003 (ZENIT.org).- En el proceso de normalización que está viviendo Sudán, Juan Pablo II ha alentado a los católicos del país, en particular a sus obispos, a ofrecer su contribución atendiendo a las urgentes necesidades sociales.

El pontífice alentó el crecimiento de la Iglesia en el país africano, perseguida en algunas regiones, al recibir este lunes en audiencia a los obispos católicos del país al concluir su visita «ad limina apostolorum».

La guerra civil azota a Sudán desde hace dos décadas, causando dos millones de muertos y cientos de miles de desplazados. El gobierno sudanés y el «Ejército de Liberación Popular de Sudán» (SPLA) están enzarzados en un conflicto armado desde 1983, fecha en que el ex presidente Gaafar Nimeiry instauró la «sharia» (ley islámica).

En 1989 se impulsó el proceso de islamización forzada entre las poblaciones del sur, que en su mayoría son cristianas o animistas.

«La Iglesia en vuestro país está profundamente preocupada por los apuros y sufrimientos que afligen a aquellos que huyen de la guerra y la violencia –en especial de las mujeres y niños– y se moviliza no sólo sus propios recursos para responder a sus necesidades, sino que orienta también la generosidad de voluntarios y bienhechores del extranjero», reconoció.

«Sugiero que una sólida base para buscar la representación de la Iglesia en el proceso de normalización actual se puede encontrar precisamente en la urgente asistencia que ofrece a muchos refugiados y a personas desplazadas que han sido obligadas a dejar sus hogares y tierras familiares», añadió.

Como ejemplo, citó la labor de Sudanaid, la organización de la Conferencia Episcopal para la ayuda y el desarrollo, que «con razón goza de una generalizada estima por los proyectos de caridad en que está comprometida».

«Las numerosas contribuciones que la Iglesia ofrece a la vida social y cultural de vuestro país pueden ayudaros a establecer unas relaciones más cercanas y positivas con las instituciones nacionales», sugirió.

«Un intento de apertura por parte de los dirigentes civiles puede verse en la presencia de cristianos en el gobierno actual, y en la reactivación de la Comisión para el Diálogo Interreligioso», constató.

«A la Iglesia le corresponde hablar sin ambigüedad por aquellos que no tienen voz y ser levadura de paz y solidaridad, particularmente allí donde esos ideales son más frágiles y amenazados», explicó al tocar otra de las dimensiones de la labor de los pastores.

«Como obispos, vuestras palabras y acciones nunca debe ser la expresión de preferencias políticas individuales sino que deben reflejar la actitud de Cristo, el Buen Pastor», aclaró.

Al alentar la contribución de los católicos al futuro de Sudán, el Papa pidió a los obispos que no abandonen sus «esfuerzos por establecer una Universidad Católica en Jartum».

Las negociaciones de paz para Sudán avanzaron este lunes en Kenia en el objetivo de encontrar un acuerdo de paz que acabe con 20 años de guerra civil, si bien siguen en pie dudas sobre su viabilidad, a causa de los actuales enfrentamientos en el occidente del país.

El esperado acuerdo de paz entre gobierno y rebeldes de Sudán podría firmarse antes de finales de diciembre, según confirmó en días pasados el ministro sudanés de Asuntos Exteriores, Mustafa Osman Ismail. El Presidente de EEUU, George W. Bush, ha invitado a las partes a firmar el acuerdo en la Casa Blanca.

De los más de 38 millones de habitantes de Sudán, el 12,06% es católico, según el Anuario Estadístico de la Iglesia. Este último dato no corresponde con el que ofrecen otras fuentes. Por ejemplo, «The World Factbook» habla de un 5% de cristianos. Según esa fuente, los musulmanes (suníes) constituyen el 70% de la población, mientras que los animistas serían el 25%.

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ZENIT Staff

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