CIUDAD DEL VATICANO, martes 24 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- El Papa ha dejado un gran mensaje de esperanza para África, animándola a ser protagonista de su propio desarrollo sin renunciar a sus valores ni a la dignidad de las personas. Es el balance que hacía ayer el portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, a Radio Vaticano, poco después de la vuelta del avión papal a Roma desde Angola.
Destacó ante todo que la acogida ha sido “óptima” en ambos países y que el Papa “ha vuelto muy contento y animado” de su viaje.
Benedicto XVI, afirmó, ha dado a África “un mensaje de gran esperanza”. Destacó que, “a pesar del fuerte calor, se ha empeñado a fondo y creo que ha logrado dar verdaderamente su contribución. Y ha tenido también la alegría de ver que esto ha sido bien acogido y que traerá ciertamente grandes frutos”.
De entre los encuentros celebrados, el portavoz de la Santa Sede destacó sus mensajes a los jóvenes y a las mujeres.
“El encuentro con las mujeres me ha parecido muy específico de este viaje de Benedicto XVI, a destacar especialmente. Ha sido una intuición profunda y fuerte la de la valoración de la mujer, en la sociedad y en la Iglesia, reconociendo su papel central en el desarrollo de todo el continente”.
Por otro lado, el Papa, subrayó Lombardi, “ha afrontado los grandes temas de la realidad africana de hoy”, entre ellos destacó “la reconciliación, la paz, la reconstrucción, la construcción de una verdadera democracia y el respecto de los derechos del hombre”.
También habló sobre “los caminos para un verdadero desarrollo y progreso, la solidaridad internacional, con relaciones también comerciales, políticas, que ayuden al desarrollo, que sean inspirados por la equidad, la justicia y la honradez, que no alimenten intereses particulares o la corrupción”.
Lombardi subrayó que el modelo de desarrollo integral que propone la Iglesia es “muy distinto del que proponen los grandes poderes políticos y económicos”.
Éstos, afirmó a menudo insisten en “la limitación de los nacimientos, incluso con métodos no respetuosos de la naturaleza humana, o en grandes operaciones económicas y financieras que ponen en manos de los gobernantes enormes recursos que luego se pierden en canales de corrupción”.
Sin embargo, la visión de la Iglesia “se basa en un grandísimo respeto y confianza en la persona humana, en su dignidad, en sus posibilidades, y precisamente pretende la valoración de la persona, de sus responsabilidades y sus capacidades”.
“Es a partir de ahí como se construye una sociedad justa, armónica, capaz de valorar los recursos naturales que le han sido dados, sus tradiciones, su contribución cultural”, añadió.
Por último, Lombardi destacó que la satisfacción por el éxito del viaje “ha sido recíproca”.
“El Papa ha dicho, como en otras ocasiones: ‘he venido para animaros y daros mi apoyo en vuestros problemas, pero yo también he sido animado por vuestro amor, vuestro entusiasmo y vuestra confianza’. Creo que esto ha sucedido efectivamente aquí, en África”, concluyó.
