El Papa beatificará en Ucrania a 27 héroes de la «Iglesia del silencio»

Víctimas de la persecución soviética y nazi

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CIUDAD DEL VATICANO, 20 junio 2001 (ZENIT.org).- En su visita a Ucrania, que comienza este próximo sábado, Juan Pablo II elevará a la gloria de los altares a 27 mártires y a tres confesores de la fe.

Entre los nuevos beatos, se encuentra Omeljan Kovč (1884-1944), sacerdote greco-católico, casado y con seis hijos, que fue martirizado por los nazis por la ayuda que ofreció a judíos perseguidos.

Los otros 26 nuevos beatos-mártires son nueve obispos, trece sacerdotes, tres religiosas y un padre de familia, víctimas de la persecución de Josif Stalin, quien al tratar de eliminar a la Iglesia greco-católica de Ucrania les obligó en vano a pasar a la Iglesia ortodoxa.

En declaraciones a los micrófonos de «Radio Vaticano», el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, recuerda: «Después de la muerte del arzobispo metropolitano Andrea Szeptyckyj (1 de noviembre de 1944), los obispos ucranianos, y entre ellos, el nuevo metropolitano, Josyf Slipyj, fueron arrestados por las autoridades comunistas y condenados. Desde aquel momento la Iglesia ucraniana se convirtió en la «Iglesia del silencio», pues no fue defendida por nadie. Sólo el papa Pío XII, en la encíclica «Orientales omnes Ecclesias» de 1945 dirigió al mundo uno de los documentos más claros en defensa del patrimonio de su fe, individuando con lucidez los horrores del comunismo».

El purpurado portugués recuerda que a continuación el régimen comunista instituyó el «Grupo de iniciativa para la unión de la Iglesia greco-católica a la Iglesia ortodoxa», que en 1946, convocó el Sínodo de la Unión en Lvov para imponer la fusión entre las dos Iglesias y la supresión de la Iglesia greco-católica ucraniana.

No participó ningún obispo católico en aquella maniobra pilotada por el régimen comunista, pero la negativa del patriarcado ortodoxo de Moscú a dar la bienvenida al Papa muestra cómo aquella herida todavía hoy no está cerrada.

«La beatificación de estos mártires tiene un significado muy profundo para el pueblo ucraniano –concluye el cardenal Saraiva Martins–, pues son la expresión de la feroz persecución sufrida por todo el pueblo que en estos héroes que serán beatificados ve el reconocimiento de tantos sufrimientos soportados a causa de su fe inquebrantable y de su profundo sentimiento de unión con la Iglesia de Roma».

Los greco-católicos han recuperado su libertad y renacido desde hace diez años. Hoy son en Ucrania casi 5 millones.

Además de los 27 mártires, el Papa beatificará a Josaphata Hordashevska (1869-1919), fundadora de la primera congregación religiosa feminina dedicada al apostolado activo en el rito bizantino-ucraniano, las Esclavas de María Inmaculada; a Jozef Bilczewski (1860-1923), arzobispo de rito latino de Lvov; y al sacerdote Zygmunt Gorazdowski (1845-1920), apóstol de los pobres de Lvov.

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ZENIT Staff

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