Al finalizar la audiencia general, ante más de sesenta mil fieles, tras saludar a los peregrinos en varios idiomas el pensamiento del Papa se dirigió a Oriente Medio.
«Siento el deber de expresar la más firme condena por tal acto terrorista –admitió–. No es con execrables actos como ese como se pueden tutelar los legítimos derechos de un pueblo».
«Que el Señor, Príncipe de la paz, esté cerca de israelíes y palestinos para que no se dejen arrastrar en una trágica deriva, sino que reanuden los pasos que les lleven a vivir en paz y seguridad, unos junto al otros, como hijos del mismo Padre que está en los cielos», rogó.
Mencionando la «matanza» –«reivindicada por la Yihad islámica»–, el miércoles «L’Osservatore Romano» añadía que «las declaraciones de “Hamas” que la han justificado han hecho crecer el aislamiento internacional del Ejecutivo de la Autoridad Palestina».
Se trata del atentado más sangriento que se comete en Israel desde el verano de 2004 y el primero desde la formación del gobierno palestino encabezado por el «movimiento islámico de resistencia» «Hamas».
