El Papa condena la «cruel» violencia del atentado en Bali

Mensaje de cercanía a las víctimas del episcopado australiano

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CIUDAD DEL VATICANO, 14 octubre 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II condenó este lunes la «cruel e injustificada violencia» del atentado perpetrado el pasado sábado en una discoteca de Bali, que causó 187 muertos y más de 300 heridos y ha transmitido su pésame a los familiares de las víctimas.

Según explica en un telegrama enviado al nuncio apostólico en Yakarta por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, el Papa ha quedado «profundamente conmocionado por el terrible ataque», que el ministro indonesio de Defensa, Matori Djalil Abdul, atribuyó este lunes a la organización terrorista Al Qaida.

«Una violencia tan cruel e injustificada no puede ser el camino que lleve a una sociedad más justa y civilizada y debe ser condenada por todos aquellos que buscan construir un mundo de paz basado en el respeto de la inviolable dignidad de toda vida humana», afirma el mensaje del Papa.

Al menos 16 naciones tienen a ciudadanos en la lista preliminar de víctimas mortales y heridos del atentado, entre ellos Australia destaca con 13 muertos confirmados, 110 heridos y 220 desaparecidos.

Monseñor Francis P Carroll, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Australia, en un comunicado ha puesto a disposición de todas las víctimas los servicios sanitarios y de consulta de la Iglesia católica en el país.

«Invito a los católicos a acudir a sus iglesias locales y a participar en oraciones, y en iniciativas de solidaridad con los que sufren. Sugiero que el próximo domingo sea considerado como día nacional de oración y memoria», anuncia el arzobispo de Camberra.

«No puede haber lugar para la violencia en nombre de la religión –añade–. Ahora más que nunca, los que creen en Dios deben construir puentes de paz. Todos los que creen que son hijos de Dios deben reconocerse los unos a los otros como hermanos y hermanas de la única familia humana. Australia está bien situada para mostrar al mundo que las diferentes culturas y religiones pueden coexistir pacíficamente».

«Hay un derecho a defender a la gente inocente del terrorismo. Este derecho debe ejercerse en el respeto de los límites morales y legales. Violencia no debe responder a más violencia. Respeto, entendimiento y diálogo preparan el camino de una paz basada en la justicia», explica el presidente del episcopado australiano.

«Ante esta tragedia, transmitimos el mensaje de esperanza del Evangelio cristiano. Jesús nos asegura que el bien vence al mal y que la vida es más fuerte que la muerte», concluye.

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ZENIT Staff

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