El papa confía en los jóvenes por su apertura a Dios y a la esperanza

Monseñor Toso comenta el mensaje de la XLV Jornada Mundial de la Paz

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ROMA, domingo 1 enero 2012 (ZENIT.org).- En el primer día del año 2012, celebración de la 45 Jornada Mundial de la Paz, el secretario del Consejo Pontificio Justicia y Paz, monseñor Mario Toso, comenta el mensaje de Benedicto XVI con este motivo, titulado “Educar a los jóvenes en la justicia y la paz”. Monseñor Toso señala que el papa confía en los jóvenes porque son los que muestran tener esperanza y tienen capacidad para acoger a Dios en medio de la historia humana.

Monseñor Toso, salesiano, profesor de filosofía social, exrector magnífico de la Universidad Pontificia Salesiana y consultor durante veinte años del Consejo Pontificio de la Justicia y de la Paz, ha concedido esta entrevista a ZENIT en la que comenta el mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Mundial de la Paz de 2012.

¿Por qué el Papa Benedicto XVI se dirige especialmente a los jóvenes en este 45 mensaje de la Jornada Mundial de la Paz?

–Monseñor Toso: Benedicto XVI ha querido dirigir este mensaje en modo particular a los jóvenes que hoy se encuentran en un mundo de incesante transformación, en un mundo que califican los sociólogos como “líquido”: inician nuevos proyectos y éstos no se solidifican, por lo que se encuentran en una realidad que cambia continuamente, y también aquellos que pueden ser los puntos de referencia más sólidos parecen fragmentarse”.

“En este contexto de rápidos cambios y de carencia de puntos de referencia sólidos, Benedicto XVI se dirige a los jóvenes, viéndolos como una porción de la familia humana que posee grandes recursos de esperanza. De hecho, los jóvenes, sobre todo en la jornada mundial de la juventud que se ha celebrado en Madrid, pero también en otros eventos que hemos conocido a través de los medios de comunicación, están mostrando, también con referencia a la caída de los regímenes y con la necesidad de levantar instituciones democráticas, una intuición joven, fresca, que ayuda a los adultos a acoger los valores fundamentales en los cuales se necesita invertir y que pueden constituir el fundamento de una sociedad más justa y más pacífica.

¿De dónde proviene esta gran confianza del Papa en los jóvenes como constructores de la paz?

–Monseñor Toso: La confianza de Benedicto XVI en los jóvenes se basa sobre todo en dos motivos: el primero es que los jóvenes, frente a la vida y a las grandes responsabilidades de la familia humana, creen en la posibilidad de una transformación profunda, de una renovación de las instituciones y que sus entusiasmos pueden ser motor de cambios positivos en nuestras sociedades, incluso hasta llegar a ser testigos y lideres, y por lo tanto permiten que los adultos se cuestionen.

El segundo motivo es que Benedicto XVI confía en la capacidad de los jóvenes de interceptar a Dios, de acogerlo en medio de la historia humana como El que puede ayudar a la humanidad a salir del túnel oscuro en el que se encuentra. En verdad, son distintos los túneles obscuros que causan desesperación y que no permiten imaginar que pueda haber un mundo más justo, son túneles representados por la crisis alimenticia, la crisis financiera, la crisis del acaparamiento de los recursos fundamentales, la crisis ecológica y la crisis sobre todo antropológica, ética.

¿Cómo puede influir la juventud para crear una sociedad más fraterna?

–Monseñor Toso: Los jóvenes tienen, como reconoce el mensaje de la jornada mundial de la paz, no sólo la tarea de involucrarse en un proceso educativo, sino que tienen una misión, dice claramente Benedicto XVI, de estímulo, de ejemplo hacia los adultos y entre ellos mismos.

Los jóvenes sobre todo, tienen una intuición juvenil y genuina frente a los grandes valores y sobretodo se esfuerzan y se comprometen con ilusión en las pequeñas cosas cotidianas como en las más importantes : el respeto al ambiente, la lucha contra la corrupción e la ilegalidad, la realización de la justicia y el modo de tratar dignamente y respetuosamente a las personas en el campo de la economía, en el campo de las finanzas. Por eso tienen la posibilidad, con su ejemplo, de ofrecer modelos de lo que podría ser la construcción de una nueva sociedad y de lo que podrían ser las nuevas relaciones humanas basadas en los valores de la fraternidad, de la solidaridad y del don recíproco, valores en los cuales los jóvenes se manifiestan particularmente sensibles.

Se suele repetir que los jóvenes de hoy son la primera generación que piensa que sus descendientes vivirán en condiciones de vida peores… sin embargo creo sinceramente que los jóvenes de la época de la globalización quieren y saben que pueden contribuir a la construcción de una humanidad mejor, mas unida y solidaria, la humanidad que Jesucristo inauguró con su encarnación.

Por Mercedes De La Torre

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ZENIT Staff

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