El Papa denuncia intentos de manipular el matrimonio

No depende de ideologías, explica

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

CIUDAD DEL VATICANO, 1 febrero 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II constata que en estos momentos el matrimonio y la familia se han convertido en una realidad «abiertamente contestada» a causa de una «secularización cada vez más marcada».

El Santo Padre pronunció esta denuncia al recibir esta mañana en el Vaticano a los jueces la Rota Romana, Tribunal de segunda instancia de la Santa Sede al que se pueden apelar sentencias emitidas por tribunales ordinarios de la Iglesia en el mundo (Cf. Constitución apostólica «Pastor Bonus», 1988, de Juan Pablo II, artículos 126 a 130).

El pontífice consideró en su encuentro con los jueces que el gran problema de hoy consiste en haber reducido el concepto de matrimonio, hasta convertirlo en «un dato puramente físico, biológico y sociológico, que es posible manipular mediante la técnica según los propios intereses».

Los resultados de esta mentalidad los constató el mismo arzobispo Raffaello Funghini, decano del Tribunal de la Rota Romana, quien explicó que en los últimos años está aumentando decididamente el número de causas de declaración de nulidad que son sometidas a esa institución judicial. El 31 de diciembre pasado, reveló, el Tribunal tenía pendientes 1.024 causas.

Una declaración de nulidad de matrimonio no tiene nada que ver con el divorcio. La dictan los tribunales eclesiásticos cuando se comprueba que un matrimonio, aunque tuviera lugar formalmente con vestido de novia y baile, no fue válido por diferentes motivos jurídicamente establecidos (constricción bajo violencia o miedo, incapacidad para comprender lo que ello significa, etc.).

El aumento de causas de declaración de nulidad, añadió el juez Funghini, es un signo «de la debilitación del sentido del carácter sagrado de la ley, sobre la que se funda la familia cristiana, de la inquietud de la vida moderna, de la precariedad de condiciones sociales y económicas en la que se desarrolla, y del peligro de que todo esto amenace a la solidez, la vitalidad y la felicidad de la institución familiar».

El prelado rotal aclaró, desmintiendo informaciones erróneas, que un proceso de declaración de nulidad es accesible a cualquier persona, sin importar su capacidad económica. De hecho, informó al Papa, los costes del 67 por ciento de las causas decididas en el año 2000 por ese Tribunal fueron pagados por la misma Santa Sede.

Juan Pablo II por su parte consideró continuando su discurso que si el matrimonio se convierte en una simple costumbre biológica, social, entonces se comprende cómo hoy día se trata de presentar a «las uniones de hecho, incluidas las homosexuales, como equiparables al matrimonio».

«Esta concepción meramente empírica de la naturaleza impide radicalmente comprender que el cuerpo humano no es algo extrínseco a la persona, sino que constituye junto con el alma espiritual e inmortal un principio intrínseco de ese ser unitario que es la persona humana».

De este modo, la Iglesia ciertamente concibe el matrimonio como algo «natural», aclaró, pero lo ve también en su dimensión espiritual y trascendente, pues Dios lo ha elevado al nivel de sacramento. Por ello, añadió, esta realidad está por encima de la tendencia «por desgracia sumamente presente a ideologizar la noción del matrimonio, reivindicando una concepción diferente por parte de un creyente y de un no creyente, de un católico o de un no católico».

Por eso, concluyó, «el matrimonio no es una unión cualquiera entre personas humanas, susceptible de ser configurada según una pluralidad de modelos culturales».

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación