El Papa: el fundamentalismo usa a Dios como un pretexto ideológico

En un amplio discurso del Santo Padre al Cuerpo Diplomático invoca la paz, condena la violencia y el terrorismo y pide a la comunidad internacional promover la dignidad humana

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Un deseo de paz, y un fuerte llamamiento a la comunidad internacional a condenar la violencia y el terrorismo fundamentalista. Estos han sido principalmente los deseos del santo padre Francisco en el tradicional discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede a inicios de año. Asimismo ha mencionado los países que en la actualidad están sufriendo situaciones dramáticas, Siria, Irak, Nigeria, el Cuerno de África, Ucrania. Y a todos ellos envía su cercanía. Del mismo modo ha hecho un repaso por los países que ha visitado este año –Tierra Santa, Corea, Albania, Turquía– analizando lo que ha vivido en estos lugares.  Durante más de media hora, Francisco ha hecho un repaso a la situación actual internacional, condenando la cultura del descarte pero ofreciendo también esperanza.

DESEO DE PAZ Y CULTURA DEL DESCARTE
El Papa ha recordado que la Navidad habla de paz pero también de una dramática situación: el rechazo. Tal y como se ve en algunas representaciones iconográficas, ha recordado el Santo Padre, el Niño Jesús no aparece recostado en una cuna sino en un sepulcro. Esta imagen “indica que, junto a la acogida gozosa del recién nacido, está también todo el drama que sufre Jesús, despreciado y rechazado hasta la muerte en Cruz”.

Y hablando de rechazo, Francisco ha recordado que hay un tipo de rechazo que afecta a todos, que lleva a no ver al prójimo como a un hermano al que acoger, sino a dejarlo fuera de nuestro horizonte personal de vida, a transformarlo en un adversario, un súbdito al que dominar. Y esta es “la mentalidad que genera la cultura del descarte que no respeta nada ni a nadie”.

Por otro lado, el Pontífice ha comparado la matanza de los niños a manos de Herodes, con los cien niños asesinados en Pakistán hace un mes “con una crueldad inaudita”. Y así, el Papa ha expresado de nuevo su pésame a sus familias y ha asegurado su oración por los muchos inocentes que han perdido la vida.

Así pues, el Santo Padre ha indicado que a la dimensión personal del rechazo, se une inevitablemente la dimensión social: “una cultura que rechaza al otro, que destruye los vínculos más íntimos y auténticos, acaba por deshacer y disgregar toda la sociedad y generar violencia y muerte”. Algo que se puede comprobar en numerosos acontecimiento diarios, y en concreto ha mencionado “la trágica masacre que ha tenido lugar en París estos últimos días”. Por eso ha advertido que el ser humano libre “se convierte en esclavo”, ya sea de las “modas, del poder, del dinero, incluso a veces de formas tergiversadas de religión”.

A propósito, el Pontífice ha señalado que las consecuencias de esta mentalidad de rechazo se constata en la proliferación de conflictos, “como una auténtica guerra mundial combatida en etapa”, ha precisado. Un ejemplo de ello es Ucrania, “convertida en un dramático escenario de confrontación y para la que deseo que, mediante el diálogo, se consoliden los esfuerzos que se están realizando para que cese la hostilidad”.

SITUACIÓN DE  ORIENTE MEDIO Y FUNDAMENTALISMO RELIGIOSO
A continuación el Papa ha hablado de Oriente Medio, comenzando por “la amada tierra de Jesús” a la que, dijo, «no nos cansaremos nunca de desear la paz”. De este modo ha recordado como en su viaje a Tierra Santa lo hizo con “extraordinaria intensidad”, junto al entonces presidente israelí, Shimon Peres, y al presidente palestino, Mahmud Abbas. Con “la esperanza firme de que se puedan retomar las negociaciones”, para que “cese la violencia” y se alcance una solución que permita a ambos pueblos vivir finalmente en paz, “dentro de unas fronteras claramente establecidas y reconocidas internacionalmente, de modo que ‘la solución de dos Estados’ se haga efectiva”.

También ha mencionado los conflictos de Siria e Iraq, a causa de la propagación del terrorismo de carácter fundamentalista. Este fenómeno –ha indicado el Papa– es consecuencia de la cultura del descarte aplicada a Dios. Así, el Santo Padre ha explicado que el fundamentalismo religioso “rechaza a Dios, relegándolo a mero pretexto ideológico”. El Papa ha indicado que ante esta injusta agresión es necesaria una respuesta unánime que impida que se propague la violencia, reestablezca la concordia y sane las profundas heridas que han provocado los incesantes conflictos.

Y de este modo ha aprovecho esta oportunidad para hacer un llamamiento a toda la comunidad internacional, y a los gobiernos implicados, “para que adopten medidas concretas en favor de la paz y la defensa de cuantos sufren las consecuencias de la guerra y de la persecución”. Una vez más, Francisco ha afirmado que “un Oriente Medio sin cristianos sería un Oriente Medio desfigurado y mutilado”. Por eso ha exhortado a la comunidad internacional a que condenen cualquier interpretación fundamentalista y extremista de la religión, que pretenda justificar tales actos de violencia.

ÁFRICA
Por otro lado, Francisco ha querido recordar también la situación del continente africano. Así ha mencionado la situación de Nigeria, donde no cesa la violencia y crece el trágico fenómeno de los secuestros, a menudo a jóvenes para ser objeto de trata. El Papa también sigue con preocupación conflictos de carácter civil, como en Libia, o la dramática situación de la República Centroafricana. Particularmente preocupante es –ha añadido– la situación de Sudán del Sur y algunas regiones de Sudán, del Cuerno de África y de la República Democrática del Congo. A este respecto, Francisco ha deseado que gobiernos y comunidad internacional lleguen a un compromiso común para que se ponga fin a todo tipo de lucha, de odio y de violencia.

DIGNIDAD DE LA MUJER, ENFERMOS, MARGINADOS
En relación con las guerras el Papa ha hablado de otro “horrible crimen”: la violación, que ha definido como una ofensa gravísima a la dignidad de la mujer, que no sólo es deshonrada en la intimidad de su cuerpo, sino también en su alma. También ha hecho referencia a los ancianos, discapacitados, y jóvenes. Del desempleo juvenil, el trabajo negro o la explotación laboral ha advertido que es “contrario a la dignidad humana y es fruto de una mentalidad que pone en el centro el dinero, los beneficios y los intereses económicos en detrimento del hombre”. Otras formas “más sutiles y veladas de rechazo” de la cultura del descarte son los enfermos, aislados y marginados. En este punto ha hablado de la epidemia del Ébola y ha agradecido el trabajo de los agentes sanitarios, religiosos y voluntarios.

REFUGIADOS E IMIGRANTES
Asimismo ha hablado de los desplazados y refugiados. Sobre la situación de los inmigrantes el Papa ha advertido que es necesario un cambio de actitud: “pasar de la indiferencia y del miedo a una sincera aceptación del otro”. Y para ello es necesario “poner en práctica legislaciones adecuadas que sean capaces de tutelar los derechos de los ciudadanos y de garantizar al mismo tiempo la acogida a los inmigrantes”.

ASIA
Durante su discurso, Francisco ha recordado que esta tarde viajará a Sri Lanka y Filipinas, y “mostrar así el interés y la solicitud pastoral con que sigo los acontecimientos de los pueblos de ese vasto continente”. A propósito ha esperado que retome el diálogo entre las dos Coreas, países hermanos, que hablan la misma lengua.

AGRADECIMIENTO A DIOS
En la última parte de su intervención al cuerpo diplomático, el Papa no ha querido que la mirada quede dominada por el pesimismo y los defectos, por lo que ha agradecido a Dios por los beneficios, diálogos y encuentros que también ha dado.
De este modo, ha hecho un recordatorio de los países que ha visitado a los largo del 2014. Albania, “una nación llena de jóvenes, que son esperanza de futuro”. Turquía, puente histórico entre Oriente y Occidente, do
nde ha podido “constatar los frutos del diálogo ecuménico e interreligioso, además del compromiso tomado a favor de los refugiados provenientes de otros países de Oriente Medio”. Este mismo espíritu de acogida encontró en Jordania, dijo. Y recordó también el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, así como los esfuerzos en Colombia para lograr la paz y en Venezuela para restablecer la concordia política.

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Staff Reporter

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