CIUDAD DEL VATICANO, 14 enero 2003 (ZENIT.org).- Un representante de la Santa Sede está visitando del 13 al 20 de enero Vietnam para encontrarse con las comunidades católicas y apoyar la obra de socio-caritativa que realiza la Iglesia en el país.
El arzobispo alemán Paul Josef Cordes, presidente del Consejo Pontificio «Cor Unum», que distribuye las ayudas de Juan Pablo II, ha llegado al país asiático por invitación del arzobispo de Ho Chi Minh, la antigua Saigón, monseñor Jean-Batptiste Pham Minh Mân.
Según informa un comunicado distribuido por «Cor Unum», desde los años setenta este organismo vaticano mantiene contactos con la Iglesia en Vietnam, «haciendo llegar constantemente ayudas concretas a esas comunidades, que han atravesado períodos de graves sufrimientos».
Según la nota vaticana, «combatir la pobreza y el aislamiento son los dos principales objetivos de este viaje».
Monseñor Cordes está visitando, además, algunas diócesis del sur del país «para conocer más de cerca las situaciones de pobreza, agravadas por las frecuentes inundaciones».
De este modo, sigue diciendo el comunicado, «podrá sensibilizar y coordinar mejor a las agencias internacionales en su compromiso de ofrecer ayudas urgentes a las poblaciones de las áreas más afectadas por las calamidades naturales».
Monseñor Cordes se transferirá después al Norte, a Hanoi, donde se encontrará con el cardenal Joseph Pham Dinh Tung, de 83 años de edad, que durante muchos años ha sido miembro del Consejo Pontificio «Cor Unum».
La Santa Sede aclara que esta visita es «una ocasión importante para testimoniar el afecto del Santo Padre Juan Pablo II por el pueblo vietnamita, para crecer en el conocimiento recíproco y para reflexionar junto con la Iglesia local sobre las formas de caridad más urgentes que hay que aplicar, saliendo al paso de las necesidades materiales y espirituales de quienes viven desde hace tiempo en situaciones difíciles».
En Vietnam, país de 81 millones de habitantes regido por un gobierno comunista, los católicos son el 6,82 por ciento de la población, según el Anuario Estadístico de la Iglesia. No mantiene relaciones diplomáticas con la Santa Sede y la libertad religiosa sufre limitaciones.
