CIUDAD DEL VATICANO, 14 febrero 2003 (ZENIT.org).- Al recibir al viceprimer ministro iraquí Tarek Aziz, Juan Pablo II pidió este viernes «compromisos concretos» al gobierno de Sadam Huseín en el respeto de las Resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Por su parte, según ha informado el portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, Aziz aseguró «la voluntad del Gobierno iraquí de cooperar con la comunidad internacional, en particular en materia de desarme».
La audiencia concedida por el Papa al representante de Bagdad duró una media hora y tuvo lugar en su biblioteca privada.
A continuación, el viceprimer ministro iraquí, nacido en el seno de una familia católica caldea, se encontró con el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, y con el arzobispo Jean-Louis Tauran, secretario de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados.
Como explicó Navarro Valls los encuentros «han permitido un amplio intercambio de puntos de vista sobre el conocido peligro de una intervención armada en Irak, que añadiría ulteriores sufrimientos graves a aquellas poblaciones, ya probadas por largos años de embargo».
En particular, «la Santa Sede ha confirmado la necesidad de respetar fielmente, con compromisos concretos, las Resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, garantizados por la legalidad internacional», insiste el portavoz.
Por último, el comunicado explica que en los encuentros «se confirmó que la Iglesia católica continuará su obra de educación en la paz y en la convivencia entre los pueblos para que en toda circunstancia se encuentren soluciones de paz».
En declaraciones a «Radio Vaticano» Navarro-Valls ha revelado que en los encuentros no se afrontó la posibilidad de que Juan Pablo II pueda visitar Irak.
«El Papa había expresado hace tres años su deseo de visitar con motivo del Jubileo Ur de los Caldeos, la patria de Abraham [en Irak]. Por razones que son obvias, es decir, no se le permitió realizar este viaje, el Papa no pudo ir a Irak. Por tanto para él es un capítulo cerrado».
Fue la cuarta visita de Tarek Aziz a Juan Pablo II en el Vaticano. Los encuentros anteriores tuvieron lugar el 28 de junio de 1994, el 16 de marzo de 1995, y el 19 de mayo de 1998. Al darle la mano con firmeza, el Papa le dijo en esta ocasión: «Que Dios le bendiga, que Dios bendiga a Irak».
El encuentro suscitó un extraordinario interés en los medios de comunicación, en particular de Estados Unidos, Japón, Rusia, Inglaterra, Francia…, que mandaron a Roma enviados especiales para cubrir la audiencia.
Fueron también excepcionales las medidas adoptadas por las fuerzas de seguridad italianas en las zonas que rodean al Vaticano.
