El Papa exige el final de los conflictos africanos en Somalia, Sudán y Burundi

A los involucrados les pide que respeten los compromisos adquiridos

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 27 abril 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI lanzó este domingo un enérgico llamamiento a acabar con los conflictos que desangran África, en particular Somalia, Sudán y Burundi.

«Las noticias que llegan desde algunos países africanos siguen siendo motivo de profundo sufrimiento y preocupación», reconoció este domingo a mediodía al rezar la oración mariana del «Regina Caeli».

Dirigiéndose desde la ventana de su estudio a los miles de peregrinos que le escuchaban en la plaza de San Pedro, así como a través de la televisión, la radio e Internet, les pidió que no se olviden de «estas trágicas vicisitudes y de los hermanos y hermanas que han quedado involucrados».

«¡Os pido que recéis por ellos y que les prestéis vuestra voz!», exclamó, pasando después a hacer referencia a algunos de los conflictos más sangrientos en estos momentos.

Refiriéndose a la situación de Somalia, y particularmente a la de la capital, Mogadiscio, explicó que «duros enfrentamientos hacen cada vez más dramática la situación humanitaria de esa querida población, desde hace demasiados años oprimida bajo el peso de la brutalidad y de la miseria».

Luego mencionó la región sudanesa de Darfur, donde «a pesar de algunos momentáneos momentos de calma, sigue siendo una tragedia sin fin para centenares de miles de personas indefensas y abandonadas a sí mismas».

Por último, habló de Burundi, donde en días pasados han tenido lugar bombardeos «que han  golpeado y aterrorizado a los habitantes de la capital, Bujumbura, y que han tocado también la sede de la nunciatura apostólica».

«Ante el riesgo de una nueva guerra civil, invito a todas las partes en causa a retomar sin demora el camino del diálogo y de la reconciliación», concluyó.

El Papa pidió a «las autoridades políticas locales, a los responsables de la comunidad internacional y a toda persona de buena voluntad [que] no ahorren esfuerzos para hacer que cese la violencia y honrar los compromisos asumidos, de manera que se pongan sólidos cimientos para la paz y el desarrollo».

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ZENIT Staff

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