CIUDAD DEL VATICANO, 2 febrero 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha felicitado a los millones de asiáticos que este sábado celebraron el Año Nuevo Lunar y deseó que sea un período de paz.
Al encontrarse con varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro, el Santo Padre recordó que esta fecha es particularmente celebrada por chinos, vietnamitas, y coreanos, «que viven este día de fiesta en la intimidad familiar».
El Año Nuevo Lunar, recibido con fuegos artificiales, oraciones, y danzas tradicionales, constituye la mayor celebración para las comunidades chinas en todo el mundo.
El gobierno de China continental ha calculado que los trenes, aviones, autobuses y otros medios de transporte en la nación realizan alrededor de 1.800 millones de viajes durante el periodo festivo. La cifra representa, según expertos, el mayor desplazamiento de personas en el planeta durante una misma época
En sus palabras de augurio, el obispo de Roma repitió el Mensaje que lanzó con motivo de la Jornada Mundial de la Paz celebrada el 1 de enero pasado: «Que el nuevo año sea un período de paz, fundada sobre cuatro precisas exigencias del espíritu humano: la verdad, la justicia, el amor y la libertad».
