LOURDES, lunes, 15 septiembre 2008 (ZENIT.org).- La visita de Benedicto XVI a Francia ha dado al país «una esperanza compartida», constató el primer ministro francés en la ceremonia de despedida de Benedicto XVI al concluir su viaje apostólico al país.
En la sala del aeropuerto de Tarbes-Lourdes Pirineos, François Fillon confesó: «Estos cuatro días pasados entre nosotros quedarán en el espíritu de muchos franceses como un gran y hermoso momento en el que han compartido emociones, reflexión y esperanza».
Y añadió, «su venida ha suscitado un empuje popular». La visita del Papa ha recibido una amplia cobertura en todos los medios de comunicación y movilizó del 12 al 15 de septiembre a centenares de miles de personas.
«De la catedral de Notre Dame de París a la explanada de los Inválidos, de los Inválidos a Lourdes, su bondad se ha esparcido sobre una inmensa muchedumbre gozosa y atenta a su mensaje. Con la comunidad católica, nuestros ciudadanos de todas las edades, de todos los ambientes sociales, de todos los orígenes y de todas las confesiones, se han congregado con fervor», afirmó.
Fillon, de 54 años, miembro del partido en el gobierno, Unión por un Movimiento Popular (UMP), primer ministro desde 2007, después de que ganara las elecciones presidenciales Nicolas Sarkozy, participó personalmente en la eucaristía que el Papa presidió en la explanada de los Inválidos.
Tras constatar la larga amistad que une a Francia con Joseph Ratzinger, el primer ministro citó la conversación con los periodistas que el Papa mantuvo en el avión, el viernes anterior rumbo a Orly, en la que recordó «que la separación fundamental de la Iglesia y del Estado no les impedía ni dialogar, ni enriquecerse mutuamente».
Luego, mencionó el discurso al mundo de la cultura, pronunciado en el Colegio de los Bernardinos, para constatar que «su irradiación intelectual ha dado a su mensaje de esperanza y vigilancia un alcance universal».
«Usted nos ha invitado a emprender el camino de la razón y de la palabra para progresar humana y espiritualmente», dijo.
«Usted ha puesto en guardia a nuestra civilización ante las debilidades materialistas, ante sus impulsos guerreros ante sus fantasmas. Usted ha hecho un llamamiento a la Europa humanista y a su herencia cristiana», añadió.
Según el primer ministro, el Papa ha profundizado «nuestra mirada sobre la condición humana, sobre sus deberes éticos, sobre su misterio».
El primer ministro aseguró en pleno debate social suscitado por la visita del Papa que «la República, profundamente laica, respeta la existencia del hecho religioso. Aprecia la parte de la tradición cristiana en su historia y su patrimonio cultural e inmaterial».
«Creo que quienes le han escuchado han experimentado un afecto muy sincero, y que aprencian la sencillez con la que ha invitado a cada uno a volver hacia lo mejor de sí mismo», reconoció.
Por todos estos motivos, Fillon explicó que «Francia os despide con emoción y gratitud».
«En medio de las crisis e inquietudes, vuestra visita ha sido un momento de paz y de fraternidad –aseguró–. En medio de tensiones internacionales, ha sido la oportunidad para recordar nuestra oposición común a los fantasmas, a las violencias, a las discriminaciones».
«En la aurora de un nuevo siglo, vuestra visita nos invita a superar nuestros miedos y a movilizar lo mejor de nuestra humanidad al servicio del porvenir. Santo Padre, los franceses le dan gracias por haber contribuido de este modo a mantener una esperanza compartida», concluyó.
