CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 11 mayo 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI imploró este domingo un nuevo Pentecostés para toda la Iglesia, y en particular para los jóvenes, cuando faltaban 65 para las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Después de haber presidido la celebración eucarística en el día en el que la Iglesia revivía el día en el que el Espíritu Santo descendió en Jerusalén sobre los apóstoles y la Virgen María, el pontífice invitó a rezar para que también hoy a la Iglesia viva un nuevo Pentecostés, «que infunda en todos, en especial en los jóvenes, la alegría de vivir y testimoniar el Evangelio».
A los 40.000 peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano con motivo de la oración mariana del Regina Caeli el Papa les ofreció una meditación en la que recordó el mensaje que ha dirigido con motivo de la próxima Jornada Mundial de la Juventud 2008 que se celebrará en Sydney (Australia).
El lema escogido por el Papa en esta ocasión es: «Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos».
«He propuesto a los jóvenes que redescubran la presencia del Espíritu Santo en su vida y, por tanto, la importancia de estos sacramentos. Hoy quisiera ampliar la invitación a todos: redescubramos, queridos hermanos y hermanas, la belleza de ser bautizados en el Espíritu Santo; retomemos conciencia de nuestro Bautismo y de nuestra Confirmación, manantiales de gracia siempre actual», afirmó.
«En este bautismo de Espíritu Santo son inseparables la dimensión personal y la comunitaria, el «yo» del discípulo y el «nosotros» de la Iglesia».
«El Espíritu consagra a la persona y hace de ella, al mismo tiempo, miembro vivo del Cuerpo místico de Cristo, partícipe de la misión de testimoniar su amor. Y esto tiene lugar mediante los sacramentos de la iniciación cristiana: el Bautismo y la Confirmación».
