El Papa invita a los jóvenes a redescubrir el valor de la castidad

Al recordar los cien años del asesinato de María Goretti

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CIUDAD DEL VATICANO, 7 julio 2002 (ZENIT.org).- Dos semanas antes de encontrarse con los jóvenes del mundo en Toronto, Juan Pablo II les propuso el ejemplo de una adolescente italiana para «redescubrir el valor de la castidad y a vivir las relaciones interpersonales».

Al tomar la palabra este domingo, antes de rezar la oración mariana del «Angelus», el pontífice recordó el ejemplo de santa María Goretti (1890-1902), una niña que antes de cumplir los doce años fue asesinada por un joven que quiso abusar de ella.

Alessandro Serenelli, inquieto joven que en varias ocasiones había tratado de seducirla, al ser nuevamente rechazado, reaccionó violentamente golpeándola repetidamente con punzón. Profundamente arrepentido, y con una ida ejemplar, asistiría después a su canonización, el 24 de junio de 1950.

Según explicó Juan Pablo II; «santa María Goretti es un ejemplo para las nuevas generaciones, amenazadas por una mentalidad de falta de compromiso, a la que les cuesta comprender la importancia de los valores sobre los que no es lícito llegar a compromisos».

«Si bien tenía poca instrucción escolar –añadió–, María, que no había cumplido todavía los doce años, poseía una personalidad fuerte y madura, formada por la educación religiosa recibida en su familia. De este modo, fue capaz no sólo de defender su propia persona con castidad heroica sino incluso perdonar a su asesino».

«Su martirio recuerda que el ser humano no se realiza siguiendo sus impulsos de placer –insistió el pontífice–, sino viviendo su propia vida en el amor y la responsabilidad».

«Sé muy bien, queridos jóvenes, que sois sumamente sensibles a estos ideales», siguió constatando ante los peregrinos que le escuchaban desde la plaza de San Pedro del Vaticano.

«En espera de encontrarme con vosotros dentro de dos semanas en Toronto, quisiera repetiros hoy: ¡no dejéis que la cultura del tener y del placer adormezca vuestras conciencias! Sed «centinelas» despiertos y vigilantes para ser auténticos protagonistas de una nueva humanidad», concluyó.

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ZENIT Staff

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