Refugees at the railway station in Flensburg

ANSA

El Papa: la crisis migratoria es solo la punta del iceberg

Entrevista al Santo Padre de la radio portuguesa Renascença en la que responde a preguntas sobre migración, acogida de refugiados, un posible viaje a Portugal, Año de la Misericordia, Sínodo de la familia y formación de los jóvenes

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Uno de los temas principales de la entrevista del Santo Padre con la periodistas portuguesa Aura Miguel para Radio Renascença es la actual crisis de los refugiados, que Francisco define como la “punta de un iceberg”. Por debajo de esta gente que escapa de la guerra, que escapa del hambre “está la causa, y la causa es un sistema socioeconómico y malo, injusto, porque dentro de un sistema económico, dentro de todo, dentro del mundo, hablando del problema ecológico, dentro de la sociedad socioeconómica, dentro de la política, el centro siempre tiene que ser la persona”. Y el sistema económico dominante hoy día –advierte– descentró a la persona y al centro está el dios dinero, es el ídolo de moda.

De este modo, el Santo Padre reconoce que esta gente emigrada viene a Europa buscando un sitio y “para Europa en este momento es una sorpresa, porque es difícil de creer que esté sucediendo esto, ¿no?, pero sucede”.

A propósito de las causas, el Santo Padre propone que “donde las causas son el hambre, poner fuentes de trabajo, inversiones. Donde la causa es la guerra, buscar la paz, el trabajo por la paz”. Así, el Pontífice reconoce que hoy día, el mundo está en guerra, está en guerra contra sí mismo, o sea, el mundo está en guerra por entregas, por pedazos, pero también está en guerra contra la tierra, porque está destruyendo la tierra, o sea nuestra casa común.

A propósito, Francisco aborda el tema de la acogida, haciendo referencia también a su pasado como hijo de migrantes. De este modo, asegura que el fenómeno migratorio es una realidad y toca un tema sin intención reprochar a nadie. Si un país no tiene hijos, vienen migrantes a ocupar el lugar. Ese no querer tener hijos  es un poco la cultura del “bienestar”, observa el Papa.  Por ello, el Santo Padre cree que el gran desafío de Europa es volver a ser “la madre Europa” y no la “abuela Europa”.

Pero también advierte que hablando de la crisis de refugiados no se puede ser simplista. En Europa “hay una crisis laboral. El joven no encuentra trabajo. O sea que se mezclan muchas cosas”.

Haciendo referencia al llamamiento que realizó el pasado domingo en la oración del ángelus, explica que ha pedido a cada parroquia, a cada instituto religioso, a cada monasterio, que acoja una familia. “Una familia, no una persona. Una familia da más seguridad de contención, un poco para evitar que haya infiltraciones de otro tipo”, añade. Lo que pide es que “toda la comunidad parroquial vea si hay un lugar, un rincón de un colegio para hacer un “departamentito” o, en el peor de los casos, que alquile un modesto departamento para esa familia, pero que tengan techo, que sean acogidos, y que se los integre dentro de la comunidad”.

Al respecto advierte sobre la tentación del dios dinero, cuando algunas congregaciones hacen un hotel en el convento que está vacío. “Si quieren hacer eso, paguen los impuestos. Un colegio religioso –porque el religioso- está exento de impuestos, pero si trabaja como hotel que pague los impuestos como cualquier hijo de vecino. Si no el negocio no es muy sano”, manifestó el Papa.

Volviendo al tema de la acogida a los refugiados, el Pontífice asegura que las dos parroquias del Vaticano ya se han encargado de buscar lugar a dos familias que estarán ahí “hasta que Dios quiera”. Asimismo, Francisco agradece a los países de Europa que han tomado conciencia de esto.

En un nuevo mensaje para Europa, el Papa le recuerda su capacidad de retomar un liderazgo en el concierto de las naciones y le pide que vuelva a ser la Europa que marca rumbos, pues tiene la cultura para hacerlo.

Por otro lado, el Pontífice asegura tener confianza en los políticos jóvenes. “Los políticos jóvenes hablan otra música”. Y advierte que hay un problema mundial que afecta no solo a Europa, sino a todo el mundo, y “es el problema de la corrupción”.

Centrándose en el argumento específico de la Iglesia, el Papa manifiesta su deseo de que con este Jubileo de la Misericordia mucha gente sienta a la Iglesia como madre, porque a la Iglesia le puede pasar lo mismo que a Europa: ser demasiado abuela y no madre.

En concreto, sobre las recientes modificaciones sobre los procesos de nulidad matrimonial, el Santo Padre especifica que la idea es agilizar los procesos en manos del Obispo. “Un juez, un Defensor del Vínculo, una sola sentencia, porque, hasta ahora había dos sentencias. No, una sola. Si no hay apelación, ya está. Si hay apelación, al Metropolitano, pero agilizar y también la gratuidad de los procesos”, explica.

Y a propósito del Sínodo y de las personas que viven de forma no coherente con las indicaciones de la Iglesia y que quieren el perdón, Francisco recuerda que el papa Benedicto «lo dijo clarito, clarito: la gente que está en una segunda unión, no está excomulgada y tiene que ser integrada a la vida de la Iglesia. Eso fue clarísimo.”

La periodista aborda también el reciente discurso del Papa a los obispos portugueses, que manifiesta dos preocupaciones: los jóvenes y la catequesis. Y al respecto precisa en la entrevista que “a un joven hay que dejarlo crecer. A un joven hay que acompañarlo. No dejarlo solo, acompañarlo. Y saber acompañarlo con prudencia, saber hablar en el momento oportuno, saber escuchar mucho. Un joven es inquieto. No quiere que lo molesten”. Y añade que “los jóvenes tienen otras ilusiones, que son muchas veces muy buenas, pero hay que respetar porque ellos mismos no se entienden, porque están cambiando, están creciendo, están buscando”.  Es decir, al “joven hay que dejarlo crecer, hay que acompañarlo, respetarlo y hablarle muy paternalmente”.

A propósito de la catequesis, subraya la importancia de que no sea puramente teórica. “La catequesis es darle doctrina para la vida y, por lo tanto, tiene que ser de tres lenguajes, con tres idiomas: el idioma de la cabeza, el idioma del corazón y el idioma de las manos”.

Finalmente, el Santo Padre confirma su deseo de visitar Portugal para el centenario de las Apariciones de la Virgen de Fátima.

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Rocío Lancho García

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