El Papa: La guerra, derrota para la humanidad y tragedia para la religión

Recibe en audiencia a líderes de todas las religiones de Indonesia

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CIUDAD DEL VATICANO, 20 febrero 2003 (ZENIT.org).- Ante la posibilidad real de una guerra, Juan Pablo II pidió este jueves evitar políticas que se conviertan en fuentes de mayor división entre las religiones del mundo.

Fueron las palabras que pronunció al recibir a la delegación del «Gerakan Moral Nasional Indonesia» (GMNI) –«Movimiento Moral Nacional»–, cuyo portavoz en la audiencia fue el cardenal Julius Darmaatmadja, arzobispo de Yakarta.

Para el grupo de eminentes representantes musulmanes, cristianos, hindúes y budistas que forman GMNI, a pesar del contexto de violencia interreligiosa –como el que vive Indonesia–, la coexistencia es posible.

En el curso de la audiencia, los líderes de todas las religiones de Indonesia entregaron al Santo Padre una «declaración de preocupaciones» relativa a la crisis iraquí, según informó el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls.

En el discurso que les dirigió, Juan Pablo II recordó que las palabras que pronunció a los embajadores del mundo acreditados ante la Santa Sede el 13 de enero pasado: «La guerra siempre es una derrota para la humanidad». En esta ocasión añadió: «también es una tragedia para la religión».

«No se debe permitir que la amenaza de guerra ni la propia guerra alejen a cristianos, musulmanes, budistas, hindúes y miembros de otras religiones», afirmó el Papa.

«Como líderes religiosos comprometidos por la paz –invitó–, debemos trabajar junto a nuestro pueblo, junto a aquellos de otros credos religiosos y con todos los hombres de buena voluntad para asegurar la comprensión, la cooperación y la solidaridad».

Según explicó el Santo Padre, es a través del compromiso y de la cooperación continua como las culturas y las religiones «podrán atravesar las barreras que las dividen, para entenderse unas a otras y perdonar a aquellos que se hayan equivocado» («Pacem in Terris, V)».

«Este es el camino –aseguró el Papa– que conduce a la verdadera paz en la tierra».

Indonesia es el país con el mayor número de musulmanes del mundo –el 90% de sus 220 millones de habitantes–. En los últimos años, ha sufrido agitación social y política, tensiones separatistas, violencia interreligiosa e incluso terrorismo internacional.

Durante la audiencia, los líderes religiosos además intercambiaron con Juan Pablo II opiniones sobre la evolución de la situación religiosa en Indonesia y Asia.

Finalmente, dirigieron un llamamiento a la Santa Sede para que continúe e intensifique sus esfuerzos diplomáticos para que las partes interesadas puedan encontrar una solución justa y pacífica –fundada en los principios humanitarios y morales compartidos por todas las religiones del mundo– a la presente crisis iraquí.

«Creemos que es nuestro deber decir que si hubiera una guerra contra Irak, alguno podrirá definirlo como un conflicto entre cristianos y musulmanes. En cualquier caso, el conflicto con Irak no es religioso», declaró el cardenal Daraatmadja a la agencia FIDES.

El intelectual musulmán, Nurcholish Madjid, expresó su preocupación porque «el conflicto pueda ser interpretado como una guerra de religión, con la consiguiente difusión de la violencia fundamentalista en Indonesia y en todo el mundo».

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ZENIT Staff

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