El Papa: 'La Iglesia está orgullosa de los cristianos de Irak'

En la audiencia general, Francisco reflexiona sobre la maternidad de la Iglesia y recuerda que los cristianos no somos huérfanos

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El santo padre Francisco ha reunido, como cada miércoles en la plaza de San Pedro, a miles de fieles venidos de todas las partes del mundo, con ocasión de la audiencia general. A las 9.45, cuando algunos peregrinos ya llevaban tiempo esperando entusiasmados, el Papa ha entrado en la plaza en el jeep descubierto. Y así, el Santo Padre ha recorrido los pasillos saludando de cerca a los fieles, bendiciendo y tomando y acariciando con sus manos a los niños que le acercaban hasta el papamóvil. Las banderas y pañoletas de colores se agitaban al paso del jeep y todos coreaban ¡Viva el Papa! cuando veían de cerca al Pontífice.

‘La Iglesia como madre’, ha sido la reflexión de esta mañana del Santo Padre, continuando con la serie de catequesis dedicadas a la Iglesia. Ha indicado también que «con el trabajo no se juega» porque de éste depende la dignidad de tantas personas. Y a las parejas de recién casados les ha felicitado porque: «Hay que ser valientes para casarse hoy».  Ha encomendado también a los muertos de la Segunda Guerra Mundial, a los cristianos de Irak les ha dicho que la Iglesia está orgullosa de ellos. 

A continuación, el texto del resumen hecho por el Papa en español:

«Queridos hermanos y hermanas: Nadie se hace cristiano a sí mismo, nacemos y crecemos en la fe dentro del pueblo de Dios. Por eso decimos que la Iglesia es madre, porque nos da a vida en Cristo y nos hace vivir junto a otros hermanos en la comunión del Espíritu Santo.
El modelo de la maternidad de la Iglesia es la Virgen Madre. El nacimiento de Jesús en el seno de María como primogénito de muchos hermanos es como el preludio de la vida nueva que reciben los cristianos en el bautismo.
La Iglesia también es madre porque nos cuida como hijos y nos indica el camino de la salvación. Nos alimenta y nos sostiene con los sacramentos; nos ilumina con la luz del Evangelio, orientándonos al bien y animándonos en los momentos de oscuridad y nos defiende de las asechanzas del maligno, exhortándonos a la vigilancia para no sucumbir a sus seducciones.
Queridos hermanos, no olvidemos que la Iglesia somos todos los bautizados, y que su maternidad se expresa también en nuestra capacidad de acoger, de perdonar, de infundir ánimo y esperanza».

A continuación ha saludado a los peregrinos de lengua española, «en particular a los grupos provenientes de España, México, Cuba, Costa Rica, Guatemala, Colombia, Argentina y otros países latinoamericanos. Invito a todos a invocar la intercesión maternal de María y aprender de ella esa ternura que nos permite ser testigos de la maternidad de la Iglesia. Muchas gracias».

Asimismo, en las palabras dirigidas a los peregrinos de lengua árabe, «en particular a los procedentes de Irak», el Santo Padre ha indicado: «La Iglesia es Madre y como todas las madres sabe acompañar al hijo necesitado, levantar al hijo caído, curar el enfermo, buscar al perdido y agitar al dormido y también defender a los hijos indefensos y perseguidos». Por eso, ha proseguido, «hoy quisiera asegurar especialmente a estos últimos, la cercanía: porque están en el corazón de la Iglesia; la Iglesia sufre con vosotros y está orgullosa de vosotros; sois su fuerza y el testimonio concreto y auténtico de su mensaje de salvación, de perdón y de amor. Abrazo a todos, a todos».

En el saludo a los peregrinos de lengua polaca, Francisco ha recordado que en diferentes ciudades de Polonia se recuerda el 75º aniversario del inicio de la segunda guerra mundial. Así, ha encomendado «a la misericordia de Dios a aquellos que han perdido la vida por amor a la patria y a los hermanos, e invocamos el don de la paz para todas las naciones de Europa y del mundo, por intercesión de María, Reina de la Paz».

También esta mañana ha lanzado un llamamiento a favor de la dignidad del trabajo. Francisco ha expresado su preocupación por la grave situación que están viviendo muchas familias de la ciudad de Terni a causa de los proyectos de la empresa Thyssenkrupp. «Una vez más dirijo un sentido llamado, para que no prevalezca la lógica del beneficio, sino la de la solidaridad y de la justicia. Al centro de toda cuestión, también de la laboral, esté siempre la persona y su dignidad. ¡Con el trabajo no se juega! Quien quita el trabajo que sepa que quita la dignidad de la persona», ha exclamado el Santo Padre.  

Finalmente, después de los saludos dirigidos a los peregrinos en las distintas lenguas, Francisco ha saludado especialmente a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. «Queridos jóvenes, especialmente a los confirmandos de Luca acompañados por el arzobispo, volviendo después de las vacaciones a las actividades diarias habituales, retomad también el ritmo regular de vuestro diálogo íntimo con Dios, difundiendo su luz entorno a vosotros. Vosotros, queridos enfermos, encontrad apoyo en el Señor Jesús, que continúa su obra de redención en la vida de cualquier hombre. Y vosotros, queridos recién casados, un esfuerzo por mantener un contacto vivo con Dios, para que vuestro amor sea cada vez más verdadero y duradero». Y ha añadido: ¡Ellos son valientes, hay que ser valiente para casarse hoy!

(Texto completo de las palabras del Papa en la audiencia)

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Staff Reporter

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