El Papa manda al cardenal Ouellet a un especial Pow-wow

Canadá celebra el IV centenario del bautismo del primer indio

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CIUDAD DEL VATICANO/QUEBEC, lunes 26 de julio de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha nombrado al cardenal Marc Ouellet, actual prefecto de la Congregación para los Obispos, delegado suyo a las celebraciones del IV centenario del bautismo del primer amerindio, el gran jefe Membertou.

Así lo informa la Santa Sede, en un comunicado acompañado de la carta del Papa al cardenal Ouellet, en latín, en la que le envía como su representante a las celebraciones que tendrán lugar en Chapel Island, Nueva Escocia, el próximo 1 de agosto.

El cardenal Ouellet, que en el momento de la firma de la carta papal (30 de junio) era aún arzobispo de Quebec, y primado de Canadá, estará acompañado por el padre Robert McNeil, vicario episcopal para los Mik’maq, por el padre Douglas J. Murphy, de la parroquia Holy Rosary, y por monseñor Luca Lorusso, consejero de la nunciatura.

En la carta, el Papa muestra su deseo de que todos los que participen en esta celebración, tanto indígenas como otros ciudadanos canadienses, sean confirmados en la fe y a todos imparte su bendición apostólica.

Membertou

La Conferencia Episcopal de Canadá, a través de su Consejo para los Aborígenes, se ha volcado este año en la celebración del 400 aniversario del bautismo del gran jefe mi’kmaq Henri Membertou, junto con veinte miembros de su familia, el 24 de junio de 1610.

Membertou fue bautizado en la antigua Port Royal de los franceses, hoy conocida como la Annapolis Basin. Este gesto tuvo una gran importancia, ya que se trataba del gran jefe del Gran Consejo de los Mi’kmaq, una de las más importantes naciones indias de Canadá.

Como chaman, era un hombre muy respetado y seguido por sus conciudadanos, así como apreciado por los franceses recién llegados a esas tierras, con quienes los mi’kmaq mantuvieron relaciones cordiales.

Su bautismo, de manos del padre Jessé Fléché, misionero católico francés, fue el primero conocido de un amerindio. Era tal su influencia, que en los siguientes cinco años, muchos mi’kmaq se hicieron también bautizar en la fe católica.

Membertou murió por disentería en Port-Royal el 18 de septiembre del año siguiente. Fue enterrado con honores militares por los franceses, y sus restos descansan en el viejo cementerio católico de Port Royal.

Celebraciones

Las comunidades mi’kmaq han convocado una serie de acontecimientos para conmemorar este centenario, y para celebrar públicamente sus propias tradiciones y herencias culturales, con festivales de música y otras expresiones.

Aparte de las celebraciones del próximo 1 de agosto y de septiembre, fecha del fallecimiento de Membertou, el 24 de junio pasado, Día Nacional de los Aborígenes, alrededor de 500 mi’kmaq se reunieron en Annapolis Royal para celebrar una misa y la renovación bautismal.

Las celebraciones continuaron durante el fin de semana con otra Misa y el más grande Pow-wow (congregación de tribus indias) nunca celebrado en la Costa Este.

En él estuvieron presentes el nuncio en Canadá, monseñor Pedro Quintana, en calidad de delegado papal, así como monseñores Martin Currie (arzobispo de San Juan de Terranova), Brian Dunn (obispo de Antigonish, Nueva Escocia) y otros miembros de la Conferencia Episcopal.

Las comunidades indias, a través de la directora ejecutiva del “Membertou 400”, Deborah Ginnish, mostraron su aprecio por la presencia de un delegado papal durante los encuentros, lo que “muestra la importancia de este aniversario tanto para la nación Mi’kmaq como para la Santa Sede”.

«Se trata de una maravillosa oportunidad para los aborígenes y los no-aborígenes, católicos y no católicos, de reunirse y celebrar nuestra historia compartida, ser conscientes de nuestra humanidad común y aprender unos de otros”, afirmó Ginnish.

Más información: www.membertou400.com.  

[Por Inma Álvarez]

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ZENIT Staff

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