CIUDAD DEL VATICANO, 13 enero 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II pidió este lunes a las autoridades de Rusia que acaben con la crisis provocada por la expulsión de algunos de los pastores de las comunidades católicas que viven en la Federación.
El Santo Padre confesó que en estos momentos constituye para él motivo de «gran aflicción el trato dado a las comunidades católicas en la Federación Rusa que, desde hace meses, por razones administrativas, ven cómo algunos de sus pastores están imposibilitados para llegar hasta ellas».
El 23 de diciembre pasado, en una entrevista concedida al diario italiano «La Repubblica», el arzobispo Jean-Louis Tauran, secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, denunció que otros tres sacerdotes católicos de San Petersburgo han sido expulsados. Se añaden a la lista de hombres de Iglesia expulsados en meses anteriores conformada por monseñor Jerzy Mazur, obispo de Siberia oriental, y por otros cuatro sacerdotes.
«La Santa Sede espera que las autoridades gubernamentales tomen decisiones concretas que pongan fin a esta crisis y que obren en conformidad a los compromisos internacionales suscritos por la Rusia moderna y democrática», afirmó el Papa.
«Los católicos rusos quieren vivir como sus hermanos del resto del mundo, con la misma libertad y la misma dignidad», insistió.
El Papa lanzó su llamamiento al encontrarse con los miembros del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede.
