CIUDAD DEL VATICANO, 3 junio 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha pedido la movilización de los católicos para que ofrezcan su contribución a la Convención Europea, foro político-social que debe perfilar el futuro constitucional e institucional de la futura Unión Europea (UE).
El pontífice hizo su exhortación al encontrarse este sábado con los miembros del Movimiento Eclesial de Compromiso Cultural (MEIC), que hunde sus orígenes en la iniciativa de miembros de la Acción Católica Italiana, en 1932.
«Sin reducir nunca la fe a la cultura, la Iglesia se esfuerza por dar un fondo cultural a la vida de fe para que ésta inspire toda la vida privada y pública, la realidad nacional e internacional», explicó el Papa en la audiencia.
«En este sentido –dijo a los miembros del MEIC–, vosotros sabéis con qué interés la Santa Sede sigue los trabajos de la Convención Europea. Yo mismo he tenido la posibilidad de expresar mi disgusto por la omisión de la referencia a los valores cristianos y religiosos en la redacción de la Carta de Derechos Fundamentales» de la UE.
En la redacción de ese importante documento, aprobado en octubre de 2000, se eliminó del borrador la referencia en el preámbulo a las «raíces cristianas de Europa» por presiones ejercidas por el Gobierno francés (tanto por el presidente Jacques Chirac como por el entonces primer ministro Lionel Jospin).
La Convención Europea, convocada por el Consejo Europeo examina desde el 28 de febrero las grandes cuestiones que plantea la reforma europea: la apertura a otros países miembros, sus instituciones, cómo garantizar la legitimidad democrática, etc.
La Convención ha invitado a las organizaciones representativas de la sociedad civil a participar en la sesión de la Convención Europea de los días 24 y 25 de junio. La contribución puede ofrecerse a través de la página web http://european-convention.eu.int/default.asp?lang=ES.
«Deseo vivamente que también el Movimiento Eclesial de Compromiso Cultural (MEIC) se movilice para que no se ignore el componente religioso que en los siglos ha imbuido la formación de las instituciones europeas», afirmó.
«El patrimonio cristiano de civilización, que tanto ha contribuido a la defensa de los valores de la democracia, de la libertad, de la solidaridad entre los pueblos de Europa, no debe perderse ni ser descuidado», concluyó..
Por último, el Papa alentó al Movimiento Eclesial de Compromiso Cultural a comprometerse en el antiguo diálogo ecuménico e interreligioso, siguiendo el «decálogo de Asís» que él mismo propuso en la Jornada de Oración por la Paz el 24 de enero pasado.
«Si bien es difícil convivir sin paz política y económica, no puede haber vida digna del hombre sin paz religiosa e interior», concluyó.
