El Papa pide a los misioneros buscar «nuevos caminos para el Evangelio»

Recibe a la asamblea general de las Obras Misionales Pontificias

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

CIUDAD DEL VATICANO, martes, 11 mayo 2004 (ZENIT.org).- En este mundo azotado por guerras, los misioneros son los cireneos que ayudan a Cristo a llevar su Cruz en cada persona que sufre, constata Juan Pablo II.

El pontífice invitó a buscar «nuevos caminos para el Evangelio» este martes al encontrarse en el Vaticano con los participantes en la asamblea general de las Obras Misionales Pontificias.

Las Obras Misionales Pontificias son una institución de la Iglesia universal y de cada Iglesia particular, surgidas con el objetivo de apoyar la actividad misionera de la Iglesia en las regiones no cristianas.

«En los tiempos tumultuosos que la humanidad está viviendo, las Obras Misionales Pontificias, que están al servicio de las Iglesias en el mundo, representan una referencia segura para quienes buscan la verdad que salva», constató el Papa.

Al dirigirse a los misioneros procedentes de 117 países, el Papa reconoció que ofrecen «un mensaje de amor y esperanza».

«La esperanza, de la que sois heraldos –les dijo–, nace de la muerte y resurrección de Cristo. Por este motivo, tenéis que tener una especial consideración por esos pueblos del mundo en los que el dolor es más grande y las necesidades más agudas: las poblaciones del así llamado Tercer Mundo».

«Los misioneros del Evangelio, que predican la solidaridad y el amor y se sacrifican por la paz, llegan a ofrecer en ocasiones incluso el don de la vida por «porque el amor de Cristo les apremia» (2 Corintios 5, 14)», reconoció el Papa.

«Vosotros sois, por tanto, Cireneos que ayudan al Salvador a llevar su Cruz en cada persona que sufre y que muere –subrayó al acoger a los misioneros–. Sois, en todos los sentidos, auténticos misioneros en un mundo ya globalizado, en el que el sufrimiento por la Verdad y la Justicia sobrepasa toda frontera nacional».

«Cuando os angustiáis por los sufrimientos de otros pueblos y os esforzáis por aliviar su gran necesidad de auxilio –dijo por último–, ayudáis a vuestros mismos pueblos a salir de la pequeñez del egoísmo, de la asfixia de la abundancia y del vacío de comportamientos que a veces son indignos de seres humanos».

Las Obras Misionales Pontificias constituyen una única institución con cuatro Obras diferentes:

–La Obra de la Propagación de la Fe: suscita el interés y la responsabilidad por la evangelización universal en las comunidades cristianas.

–La Obra de San Pedro Apóstol: sensibiliza al pueblo cristiano acerca de la necesidad de la formación del clero nativo en cada Iglesia de misión.

–La Obra de la Infancia Misionera: ayuda a educadores y formadores de niños y adolescentes a despertar en ellos una conciencia misionera.

–La Pontificia Unión Misional del Clero: se encarga de promover la formación misionera de los sacerdotes, religiosos, consagrados…

La Asamblea de las Obras Misionales Pontificias está revisando sus estatutos, con la aportación de los 117 directores nacionales, que serán publicados en mayo de 2005 en Lyón por el cardenal Crescenzio Sepe, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación