El Papa pide a los obispos africanos que se opongan a la "mentalidad antinatalista"

Y que defiendan la familia cristiana fundada en el matrimonio

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves 29 de abril de 2010 (ZENIT.org).- La defensa de la familia cristiana y de la vida contra las tendencias que se quieren imponer en África, estuvo en el centro del discurso que Benedicto XVI dirigió hoy a los obispos de Gambia, Liberia y Sierra Leona.

Los prelados (cinco), que forman parte de una única Conferencia Episcopal, se encontraban en Roma para la visita ad limina Apostolorum.

“En un entorno marcado por el divorcio y la poligamia, promoved la unidad y el bienestar de la familia cristiana construida en el sacramento del matrimonio”, exhortó el Papa, subrayando que “las iniciativas y asociaciones dedicadas a la santificación de esta comunidad básica” merecen su “apoyo”.

“Seguid defendiendo la dignidad de la mujer en el contexto de los derechos humanos y defended a vuestro pueblo contra los intentos de introducir una mentalidad antinatalista disfrazada como una forma de progreso cultural”, añadió.

También destacó la importancia de la institución familiar en la lucha contra la pobreza, recordando que se puede hacer “mucho bien a través de compromisos de la comunidad a pequeña escala y de las iniciativas microeconómicas al servicio de las familias”.

“La lucha contra la pobreza debe llevarse a cabo con respeto a la dignidad de todos los interesados, alentándolos a ser protagonistas de su propio desarrollo integral”, agregó.

Diálogo con el Islam

De hecho, el Papa destacó que la postura favorable a la vida puede también suponer un factor de entendimiento con el Islam, que es la religión mayoritaria en estos países.

“Trabajar juntos en la defensa de la vida y en la lucha contra las enfermedades y la malnutrición no dejará de generar una mayor comprensión, respeto y aceptación”, apuntó el Pontífice.

Ante todo, subrayó la importancia de “mantener las buenas relaciones existentes y prevenir toda forma de intolerancia, injusticia u opresión, en detrimento de la promoción de la confianza mutua”.

Este diálogo con el Islam es fundamental para la paz, recordó el Papa, augurando que “el proceso de reconciliación en la justicia y la verdad, que habéis apoyado justamente en la región, pueda producir el respeto duradero de los derechos humanos que Dios ha dado, y se contrarresten las tendencias a las represalias y la venganza”.

En este sentido, alabó la labor que se está realizando con los refugiados y los inmigrantes, animándoles “a buscar, cuando sea posible, la cooperación pastoral de sus países de origen”.

Educación

Otra de las cuestiones sobre las que Benedicto XVI incidió fue la de la educación, tanto a los sacerdotes como a los laicos, y especialmente a los jóvenes.

“En vuestros países, la Iglesia es muy apreciada por su contribución al bien de la sociedad, especialmente en la educación, el desarrollo y el cuidado de la salud, que se ofrece a todos sin distinción”, reconoció.

La educación, afirmó el Papa, es “un factor decisivo” para el desarrollo. “Por lo tanto os animo a que continuéis con los programas escolares que preparan y motivan a las nuevas generaciones a convertirse en ciudadanos responsables, activos socialmente por el bien de su comunidad y su país”.

También es necesaria una mayor formación moral para terminar con la corrupción, añadió, “a través de cursos de especialización en doctrina social católica”.

Pero el Papa se mostró especialmente preocupado por la enseñanza doctrinal que deben realizar los obispos, de cara a sus fieles y especialmente a sus sacerdotes.

“Esforzaos por construir comunidades activas y expansivas de hombres y mujeres fuertes en la fe, contemplativos y gozosos en la liturgia, y bien instruidos sobre «cómo vivir de la manera que agrada a Dios».

“A través de vuestra enseñanza, el Señor preserva a vuestros pueblos del mal, la ignorancia y la superstición, y los transforma en hijos de su Reino”, explicó.

Ante los sacerdotes, los obispos deben conducirlos, “con la palabra y el ejemplo, a ser hombres de oración, altos y claros en su enseñanza, maduros y respetuosos en su trato con los demás, fieles a sus compromisos espirituales y fuertes en la compasión hacia todos los necesitados”, concluyó el Papa.

Iglesia en crecimiento

En su saludo al Papa, monseñor Patrick Daniel Koroma, presidente de la Conferencia Episcopal interterritorial católica de Gambia y Sierra Leona, junto con los obispos de Liberia, afirmó que gracias a las condiciones de seguridad, estabilidad y relativa `paz, “la obra de evangelización de la Iglesia prosigue con éxito notable”.

“Tenemos un número considerable de convertidos al cristianismo y de bautizos de adultos – declaró el prelado –. Nuestras relaciones con los musulmanes y otras denominaciones cristianas son cordiales”.

Según datos de AIN, tanto en Gambia como en Sierra Leona, los católicos constituyen una minoría frente al Islam, mientras que en Liberia lo son frente a las religiones tradicionales.

Según explicó a Radio Vaticano monseñor George Biguzzi, SX, obispo de Makeni (Sierra Leona), los cristianos, aunque minoritarios, son “respetados” y “muy activos”, especialmente “a través de las escuelas, las obras sociales, el trabajo de las Cáritas diocesanas y los proyectos de desarrollo”.

Concretamente, en Sierra Leona, la Iglesia está muy comprometida en la reinsrción social de los ex combatientes, incluyendo los niños soldados que tomaron parte en la reciente guerra civil.

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ZENIT Staff

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