El Papa pide a los obispos italianos más esfuerzo en la educación

“No hay que perder la esperanza en los jóvenes”

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves 27 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- La crisis espiritual y cultural de Occidente es tanto o más importante que la crisis económica, y la Iglesia debe responder con un mayor esfuerzo en la educación de las jóvenes generaciones.

Lo subrayó el Papa Benedicto XVI al dirigirse hoy a los obispos de Italia, a quienes recibió con motivo de la celebración de la Asamblea Plenaria de la CEI, que se ha celebrado esta semana en el Vaticano.

El Papa quiso profundizar en una de las mayores preocupaciones de su pontificado, la necesidad de responder a la “emergencia educativa”; obejtivo que han elegido los obispos de Italia para su Plan Pastoral de los próximos diez años.

El Papa les animó “a recorrer sin dudar el camino del compromiso educativo”, y a “no perder nunca la confianza en los jóvenes”, sino “salir a su encuentro, frecuentar sus ambientes de vida, incluyendo el constituido por las nuevas tecnologías de comunicación, que ya permean la cultura en todas sus expresiones”.

“No se trata de adecuar el Evangelio al mundo, sino de sacar del Evangelio esa perenne novedad, que permite en cada tiempo encontrar las formas adecuadas para anunciar la Palabra que no pasa, fecundando y sirviendo a la existencia humana”.

Es necesario, afirmó, “volver a proponer a los jóvenes la medida alta y trascendente de la vida, entendida como vocación: llamados a la vida consagrada, al sacerdocio, al matrimonio, sepan responder con generosidad a la llamada del Señor, porque sólo así podrán coger lo que es esencial para cada uno”.

Los jóvenes, explicó Benedicto XVI “tienen una sed en el corazón, y esta sed es una demanda de significado y de auténticas relaciones humanas, que ayuden a no sentirse solos ante los desafíos de la vida”.

El Papa observó que la época actual “está marcada por una incertidumbre sobre los valores, evidente en la dificultad de tantos adultos de mantener los compromisos asumidos: esto indica una crisis cultural y espiritual, tan seria como la económica”.

“Sería ilusorio – subrayó – pensar en responder a una ignorando a la otra”.

A la Iglesia “le preocupa el bien común, que nos compromete a compartir recursos económicos e intelectuales, morales y espirituales, aprendiendo a afrontar juntos, en un contexto de reciprocidad, los problemas y los desafíos del país”.

El Papa subrayó que la propuesta educativa de la Iglesia debe hacerse a través del “acompañamiento”, acercándose a los hombres “con delicadeza y respeto, proponiendo valores firmes a partir de los cuales crecer hacia metas altas pero alcanzables”.

“Nuestra respuesta es el anuncio del Dios amigo del hombre, que en Jesús se hizo cercano a cada uno. La transmisión de la fe es parte irrenunciable de la formación integral de la persona, porque en Jesucristo se realiza el proyecto de una vida lograda”, subrayó.

En este sentido , animó a los prelados a dar ejemplo de empeño pastoral: “Vuestro ministerio, queridos hermanos, y la vivacidad de las comunidades diocesanas a cuya guía habéis sido puestos, son la mayor seguridad de que la Iglesia seguirá ofreciendo responsablemente su contribución al crecimiento social y moral de Italia”.

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ZENIT Staff

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