El Papa pide a palestinos e israelíes reconocer mutuamente sus derechos

Muestra una especial preocupación por la situación de los cristianos en Oriente Medio

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes 11 de enero de 2010 (ZENIT.org).- La paz en Tierra Santa sólo se alcanzará cuando tanto palestinos como israelíes reconozcan mutuamente su derecho a tener un Estado, afirmó hoy el Papa Benedicto XVI.

El Pontífice mencionó especialmente la situación de Oriente Medio, así como la de los cristianos que viven allí, durante su audiencia al Cuerpo Diplomático que todos los comienzos de año tiene lugar en el Vaticano.

“Durante mi peregrinación a Tierra Santa, hice un llamamiento acuciante a Israelíes y Palestinos a dialogar y respetar los derechos del otro”, recordó.

Benedicto XVI quiso renovar su llamamiento a la paz a ambas partes, y pidió “que el derecho a la existencia del Estado de Israel sea reconocido por todos, así como a gozar de paz y seguridad en las fronteras reconocidas internacionalmente”.

Asimismo, insistió en que el pueblo palestino “debe ver reconocido su derecho a una patria soberana e independiente, a vivir con dignidad y a desplazarse libremente”.

También renovó su petición de que “sean protegidos la identidad y el carácter sagrado de Jerusalén, cuya herencia cultural y religiosa tiene un valor universal”.

“Sólo así, esta ciudad única, santa y atormentada, podrá ser signo y anticipo de la paz que Dios desea para toda la familia humana”.

Situación de los cristianos

El Papa quiso mencionar especialmente la situación de las minorías cristianas en Oriente Medio, que se ven obligados a emigrar a causa de las dificultades.

“Amenazados de muchos modos, incluso en el ejercicio de su libertad religiosa, dejan la tierra de sus padres, donde creció la Iglesia de los primeros siglos”, lamentó.

En particular, se refirió a la situación conflictiva en Iraq, y exhortó a los gobernantes y ciudadanos iraquíes “a superar las divisiones, la tentación de la violencia e intolerancia, para construir juntos el futuro de su país”.

“Las comunidades cristianas quieren también ofrecer su aportación, pero para ello es necesario que se les asegure respeto, seguridad y libertad”, afirmó el Papa.

A continuación se refirió al caso de Pakistán, que “ha sido también golpeado duramente por la violencia en los últimos meses y ciertos episodios han afectado directamente a la minoría cristiana”.

“Pido que se haga todo lo posible para que dichas agresiones no se vuelvan a repetir y que los cristianos puedan sentirse plenamente integrados en la vida de su país”.

También deploro el atentado “que en los últimos días ha sufrido la comunidad copta egipcia, precisamente cuando celebraba la fiesta de Navidad”.

Explicó que la convocatoria de la Asamblea especial del Sínodo de Obispos sobre Oriente Medio, que tendrá lugar el próximo mes de octubre en Roma, tiene como objetivo precisamente dar “apoyo” a las minorías cristianas en Oriente Medio, y “hacerles sentir la cercanía de sus hermanos en la fe”.

Resolución de conflictos

El Papa hizo un llamamiento a la “concordia y estabilidad de los Estados: cuando surgen divergencias y hostilidades entre ellos, para defender la paz, deben perseguir con tenacidad la vía de un diálogo constructivo”.

En este sentido, quiso recordar la experiencia, hace 25 años, con el Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile, “concluido gracias a la mediación de la Sede Apostólica y del que se derivaron abundantes frutos de colaboración y prosperidad que, en cierta manera, beneficiaron a toda Latinoamérica”.

En este sentido, quiso mostrar su satisfacción por los acuerdos alcanzados entre algunos países en conflicto, entre ellos “el acercamiento que Colombia y Ecuador han emprendido tras muchos meses de tensión”.

También se refirió al “el entendimiento logrado entre Croacia y Eslovenia a propósito del arbitraje relativo a sus fronteras marítimas y terrestres”, así como al “acuerdo entre Armenia y Turquía con vistas a la reanudación de las relaciones diplomáticas”.

En este sentido, mostró su esperanza de que este diálogo se extienda a otros conflictos existentes.

Se refirió concretamente a la necesidad de una “mejora de las relaciones entre todos los países del Cáucaso meridional”.

También mencionó el conflicto en Irán, y pidió que, “a través del diálogo y la colaboración, se encuentren soluciones comunes tanto a nivel nacional como en el ámbito internacional”.

En cuanto al Líbano, “que ha superado una larga crisis política”, pidió que “continúe por la vía de la concordia”.

“Espero que Honduras, después de un tiempo de incertidumbre y agitación, se encamine hacia la recuperación de la normalidad política y social. Deseo que, con la ayuda desinteresada y efectiva de la comunidad internacional, suceda lo mismo en Guinea y Madagascar”, añadió el Papa.

Catástrofes naturales

El Papa destacó la importancia de esta solidaridad internacional, no sólo en la mediación de los conflictos, sino también a la hora de responder a las grandes catástrofes naturales, que “a lo largo del año pasado han sembrado muerte, sufrimiento y destrucción en Filipinas, Vietnam, Laos, Camboya y en la Isla de Taiwán”.

También quiso recordar los violentos terremotos en Indonesia y en la región italiana de los Abruzzos.

“Ante dichos acontecimientos, nunca debe faltar la asistencia generosa, pues está en juego la vida misma de las criaturas de Dios”, subrayó el Papa.

[Por Inma Álvarez]

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ZENIT Staff

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