El Papa pide al nuevo primado anglicano seguir buscando la unidad

Con ocasión de la solemne entronización del arzobispo de Canterbury

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CIUDAD DEL VATICANO, 28 febrero 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha escrito un mensaje al nuevo arzobispo de Canterbury en el que dice compartir el llamamiento a servir en medio de las tensiones y dificultades por las que actualmente pasa el mundo.

El cardenal Walter Kasper entregó este viernes el mensaje del Papa a Rowan Williams junto a una cruz pectoral ofrecida como regalo después de que este jueves tuviera lugar la entronización del primado de toda Inglaterra y presidente de la Comunión Anglicana en la catedral de Canterbury.

El cardenal Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, representó a la Santa Sede en la ceremonia.

También estuvieron presentes el cardenal Cormac Murphy-O’Connor, arzobispo de Westminster y los co-presidentes católicos de las dos estructuras oficiales de diálogo con la Comunión Anglicana: la «Anglican-Roman Catholic International Commission» (ARCIC) y la «International Anglican-Roman Catholic Commission for Unity and Mission» (IARCCUM).

«Comienza su ministerio como arzobispo de Canterbury –escribe el Papa en su mensaje– en un momento histórico doloroso y tenso, un momento que, no obstante, está también marcado por la esperanza y las expectativas».

El Santo Padre constata que el mundo está al borde de una nueva guerra, que la dignidad de las personas sufre ataques bajo distintas formas, y que poblaciones enteras viven en el miedo.

«A veces –continua la misiva pontificia– la aspiración humana, ardiente y legítima, a la libertad y la seguridad, se manifiesta con medios equivocados, medios en sí mismos violentos y destructivos».

«Estamos llamados a servir precisamente en medio de estas tensiones y dificultades de nuestro mundo», dice el Papa al primado de Inglaterra.

El Papa manifiesta además su satisfacción por la relación mantenida por «nuestros predecesores» en décadas recientes, «a través de un diálogo constructivo y una comunicación cercana».

«Ellos pusieron a la Iglesia católica y a la Comunión Anglicana en una senda que esperaban que conduciría a la plena comunión», constató.

«A pesar de las dificultades y los obstáculos –afirma Juan Pablo II– seguimos todavía en ese camino y nuestro compromiso es constante»

El Santo Padre recordó los encuentros con George Carey –arzobispo emérito de Canterbury–, «que fueron particularmente útiles y alentadores».

Igualmente expresó que la Comisión Internacional Católico-Anglicana y la más reciente Comisión Internacional para la Unidad y la Misión «continúan haciéndonos avanzar» en el diálogo ecuménico.

«Ambos sabemos –añade– que superar las divisiones no es una tarea fácil y que la plena comunión llegará como un don del Espíritu Santo».

«Que el mismo Espíritu nos impulse y nos guíe ahora también para seguir buscando una solución a las cuestiones de desacuerdo doctrinal y para comprometernos con mayor profundidad en el testimonio y la misión común», concluye.

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ZENIT Staff

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