El Papa pide ayuda urgente para las poblaciones de Afganistán

Para combatir la pobreza, pide un cambio de vida en las sociedades ricas

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CIUDAD DEL VATICANO, 11 noviembre 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II lanzó este domingo un llamamiento para enviar de manera urgente ayuda a las poblaciones civiles de Afganistán, que en estos momentos se preparan para afrontar un duro invierno, en plena campaña de ataques dirigidos por Estados Unidos contra el gobierno talibán en respuesta a los atentados del 11 de septiembre.

El pontífice presentó su petición en su encuentro con los peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro del Vaticano con motivo del rezo de la oración mariana del «Angelus», que en esta ocasión consagró a la Jornada de Acción de Gracias por los frutos de la tierra y el trabajo humano.

«Mientras damos gracias a Dios por lo que han producido los campos, no tenemos que olvidarnos de los hermanos y hermanas que, en varias partes del mundo, están privados de bienes esenciales como la comida, el agua, la casa, la asistencia sanitaria», afirmó el Santo Padre.

«De manera especial –añadió–, en este momento de gran preocupación internacional, pienso en las queridas poblaciones de Afganistán, a las que es urgente hacer llegar la ayuda necesaria».

La «emergencia mundial» afgana, siguió afirmando el obispo de Roma, sin embargo «no puede hacernos olvidar que en otras partes del mundo sigue habiendo por desgracia condiciones de grave indigencia y de impelente necesidad».

«Ante estas situaciones, no es suficiente limitarse a iniciativas extraordinarias –aclaró el Papa Wojtyla–. El compromiso por la justicia exige un auténtico cambio en el estilo de vida, sobre todo en las sociedad del bienestar, así como un gobierno más equitativo de los recursos, tanto en los países ricos como en los pobres».

«Los actuales pesados desequilibrios, de hecho –constató Juan Pablo II al hablar desde la ventana de su biblioteca–, alimentan conflictos y amenazan de manera irreversible la tierra, el aire y las aguas, que Dios ha confiado a la custodia del hombre».

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ZENIT Staff

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