El Papa pide dar respuestas a la angustia con una filosofía trascendente

Propone el pensamiento de Santo Tomás de Aquino al hombre y mujer de hoy

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CIUDAD DEL VATICANO, 24 junio 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha alentado a los cristianos a ofrecer «respuestas de verdad y de esperanza» a las «situaciones de angustia» por las que atraviesan los hombres y mujeres de hoy, inspirándose en un filosofía abierta a la trascendencia.

En definitiva, el Santo Padre propone «regresar a la metafísica» de la que santo Tomás de Aquino (1225-1274) es uno de los exponentes más autorizados en la historia del pensamiento.

La propuesta es presentada en el mensaje que el obispo de Roma envió el 21 de junio a los participantes en tercera sesión plenaria de la Academia Pontificia Santo Tomás de Aquino, celebrada esta semana pasada en Roma.

«Hoy junto a descubrimientos científicos maravillosos y progresos tecnológicos sorprendentes asistimos a dos grandes olvidos: el olvido de Dios y del ser, el olvido del alma y de la dignidad del ser humano. Esto engendra a veces situaciones de angustia a las que es necesario ofrecer respuestas ricas de verdad y esperanza», afirma el Papa en el mensaje.

«Es necesario regresar a la metafísica», afirma Juan Pablo II recordando el número 83 de su encíclica «Fe y Razón» («Fides et ratio», 14 de septiembre de 1998), es decir, a una filosofía «capaz de trascender los datos empíricos para llegar, en la búsqueda de la verdad, a algo absoluto, último y fundamental».

«Muchos de nuestros contemporáneos se preguntan: si Dios existe, ¿cómo puede permitir el mal? –constata el Papa–. Es necesario explicar que el mal es la privación del bien debido, y el pecado la aversión del hombre por Dios, fuente de todo bien».

«Un problema antropológico, tan central para la cultura de hoy, sólo puede encontrar una solución a la luz de eso que podríamos definir una «meta-antropología» –añade el sucesor de Pedro–. Es decir, de la comprensión del ser humano como ser consciente y libre, «homo viator», que es y que al mismo tiempo está en devenir».

«La cultura de nuestro tiempo habla mucho del hombre y sabe muchas cosas sobre él –reconoce el mensaje pontificio–, pero con frecuencia da la impresión de ignorar quién es verdaderamente. En efecto, el hombre sólo se puede comprender plenamente a sí mismo a la luz de Dios. Es «imagen de Dios» («imago Dei»), creado por amor y destinado a vivir en la eternidad en comunión con Él».

Esta es precisamente la propuesta filosófica de santo Tomás de Aquino, a quien el mismo Juan Pablo II definió en 1980 «doctor de humanidad» («Doctor humanitatis»).

La Academia Pontificia Santo Tomás de Aquino, creada en 1879 por el Papa León XIII, fue reformada en 1999 por Juan Pablo II en 1999 con el objetivo de promover la reflexión que él mismo afrontó en su encíclica «Fe y razón» («Fides et Ratio»), en la que propone relaciones de colaboración y no de oposición entre esta dos «alas» del espíritu humano.

El presidente de la Academia es el dominico Abelardo Lobato, quien es también presidente de la Sociedad Internacional de Santo Tomás de Aquino (SITA).

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ZENIT Staff

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