El Papa pide impulsar el diálogo con el Islam para superar prejuicios

Al encontrarse con los obispos de Marruecos, Argelia, Túnez, Libia

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

CIUDAD DEL VATICANO, 23 febrero 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha alentado a los católicos que viven en países de mayoría islámica a promover el diálogo con sus hermanos musulmanes y a ser signos del amor de Dios a través de la ayuda a los más necesitados.

El diálogo interreligioso, dijo este sábado al encontrarse con los obispos que forman parte de la Conferencia Episcopal de la Región del Norte de África (CERNA), debe continuarse «con paciencia y determinación para superar desconfianzas mutuas y para aprender a servir juntos al bien común de la humanidad».

Los obispos del Magreb concluían con este encuentro su quinquenal visita «ad Límina Apostolorum» al Papa y a la Curia romana. En su nombre, tomó ante el Santo Padre la palabra el presidente de la Conferencia episcopal, monseñor Henri Teissier, arzobispo de Argel.

El pontífice constató ante los prelados de Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, «la calidad de relaciones» entre los cristianos y la población musulmana de estos países y afirmó: «Todo esto es posible gracias al conocimiento recíproco, a los encuentros diarios de la vida y a las intercambios, en particular con las familias».

«Seguid alentando estos encuentros día a día como una prioridad –exhortó–, pues contribuyen a hacer que en las dos partes evolucionen las mentalidades, y ayuden a superar las imágenes preconcebidas que presentan todavía con demasiada frecuencia los medios de comunicación».

El pontífice hizo referencia a los «acontecimientos dramáticos padecidos por la comunidad cristiana y compartidos por la población musulmana» en esa región.

No citó casos particulares. En los años noventa la comunidad católica de Argelia sufrió una serie de asesinatos entre los que destacan el de los siete monjes trapenses del monasterio de Nuestra Señora del Atlas, en Thibirine (mayo de 1996), y el del obispo de Oran, Pierre Claverie (5 de agosto de 1996).

Estos acontecimientos, constató el Papa «no sólo han aumentado la solidaridad humana, sino también la atención por el otro y a sus valores religiosos».

«La experiencia espiritual de la Iglesia, que reconoce en la Cruz del Señor la expresión del amor más grande, ha considerado siempre el don de los mártires como un testimonio elocuente y una fuente fecunda para la vida de los cristianos –aseguró Juan Pablo II–. Por tanto, es de esperar que de estos acontecimientos trágicos surjan frutos de paz y de santidad para todos».

Por último, el Papa pidió a la pequeña minoría católica de esos países, en buena parte formada por inmigrantes, convertirse en «expresión de la bondad de Dios para todos los hombres» a través del «servicio de la caridad hacia los más pobres», «sin distinción de raza, cultura o religión».

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación