Briefing on the Synod of Bishops on the Family

ZENIT

El Papa pide no reducir el Sínodo al tema de los divorciados vueltos a casar

El Santo Padre dirigió esta mañana unas palabras antes de retomar los trabajos y recordó que el Sínodo de este año es una continuación del anterior

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El debate y las intervenciones del Sínodo de los Obispos sobre la familia siguen su curso y en la tarde de este martes se reunirán por primera vez los círculos menores, para comentar en pequeños grupos divididos por idiomas lo expuesto hasta ahora.

Durante la sesión informativa con los medios de comunicación este martes por la mañana, el padre Federico Lombardi, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, indicó que durante la segunda Congregación general (lunes por la tarde) y la tercera (martes por la mañana) han intervenido ya 72 padres sinodales. Tras la intervención del secretario general, Lorenzo Baldisseri, en la que explicó de nuevo algunos aspectos de la metodología del Sínodo, sobre todo para ayudar a los padres que participan por primera vez, el papa Francisco quiso tomar la palabra esta mañana para subrayar algunas cuestiones.

El Pontífice indicó que “el Sínodo hay que vivirlo en continuidad con el extraordinario del año pasado, y que los documentos oficiales son los dos discursos del Papa, al inicio y al final, y la Relatio Synodi, estudiada por el Consejo del sínodo y a la cual se han añadido contribuciones realizadas entre las dos asambleas: así se ha obtenido el Instrumentum laboris, aprobado como documento de los trabajos del Sínodo que se celebra ahora”. Asimismo, el Papa señaló que “ahora se continúa con la aportación de los círculos menores, que contribuyen a proseguir los trabajos hacia la Relación Final”.

También subrayó que “la asamblea precedente del sínodo no ha tocado la doctrina católica sobre el matrimonio” y que “no debemos dejar condicionar ni reducir nuestro horizonte de trabajo como si el único problema fuera el de la comunión a los divorciados vueltos a casar”.

El padre Lombardi informó que en las intervenciones se han afrontado los siguientes temas: la revolución cultural de la época que estamos viviendo, en la que se coloca nuestra reflexión, donde la Iglesia acompaña; el lenguaje apropiado por parte de la Iglesia para describir situaciones y en particular, para evitar impresiones de juicios negativos en situaciones y personas; la importancia del crecimiento de la vida cristiana de las familias y las parejas y sobre el acompañamiento necesario para ayudar en este crecimiento; el testimonio y misión que la familia debe desarrollar en este tiempo; la Iglesia vista como gran comunidad que sostiene; la importancia de los ancianos en la transmisión de la fe; el posible rol o espacio a ocupar por las conferencias episcopales en el afrontar situaciones más específicas; la violencia tanto en las familias y la sociedad y en particular sobre las mujeres, trabajo infantil, pobreza extrema y situaciones de conflicto. Los africanos, observó el padre Lombardi, hablaron también de temas más específicos de su continente como la poligamia.

Por su parte, el portavoz para la lengua española, el padre Manuel Dorantes, subrayó que algunos padres latinoamericanos denunciaron la ideología de género, “que influye en las legislaciones y organizaciones internacionales”.

Han participado hoy en la sesión informativa monseñor Claudio Maria Celli, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales y monseñor Paul-André Durocher, arzobispo de Gatineau.

Monseñor Celli, respondiendo a la pregunta de un periodista, aseguró que la actitud del Sínodo sobre la comunión a los divorciados y vueltos a casar es abierta y pastoral. Aún no está todo claro porque si no ¿qué hacemos aquí debatiendo?, aclaró. Por su parte, monseñor Durocher recordó que la doctrina es para todo el mundo y no para unos pocos elegidos, y los padres sinodales están todos de acuerdo en que enseñar esta doctrina es algo bueno.

Monseñor Celli matizó también que el Sínodo tiene una visión amplia, “se respira un ambiente de Iglesia universal y no de gueto” y “se respira una Iglesia guiada por el Espíritu Santo que sopla donde quiere y sorprende continuamente”.

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Rocío Lancho García

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