CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 10 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI pidió este miércoles una fe cada vez más madura para los jóvenes y más fuerte para los enfermos.
Ante de despedirse de los miles de peregrinos congregados en el Aula Pablo VI del Vaticano, el pontífice dirigió un saludo especial a los jóvenes, a los enfermos, y a los recién casados.
Recordando que el 8 de septiembre la Iglesia celebraba la fiesta litúrgica de la Natividad de la Virgen María y 12 de este mes la memoria del dulce nombre de María, explicó que «el Concilio Vaticano II dice que la Virgen nos precede en el camino de la fe pues ‘ha creído e el cumplimiento de las palabras del Señor’ (Lucas 1,45)».
«Para vosotros, jóvenes, pido a la Virgen Santa el don de una fe cada vez más madura; para vosotros, enfermos, una fe cada vez más fuerte y para vosotros, recién casados, una fe cada vez más profunda», dijo al despedirse de los presentes, antes de regresar a la residencia pontificia de Castel Gandolfo.
