El Papa pide recapacitar a los secuestradores del presidente del CELAM

Llamamiento a su liberación desde la Pontificia Comisión para América Latina

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CIUDAD DEL VATICANO, 12 noviembre 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha hecho público en un mensaje su dolor al recibir la noticia del secuestro del obispo de Zipaquirá y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Jorge Enrique Jiménez Carvajal, y de un sacerdote que le acompañaba.

El prelado fue secuestrado en el departamento de Cundimarca, en el centro del país), junto al párroco de Pancho, Desiderio Orjuela, cuando ambos se dirigían a celebrar unas confirmaciones de jóvenes. Las investigaciones atribuyen este acto por el momento a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El telegrama pontificio, hecho público este martes por la Sala de Prensa de la Santa Sede, ha sido enviado por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado vaticano, al cardenal Pedro Rubiano Sáenz, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia.

El Santo Padre alienta en su mensaje «a todos los pastores y ministros de la Iglesia, para que prosigan con generosidad su servicio al Evangelio y al pueblo de Dios en Colombia, no obstante las dificultades y sinsabores, trabajando incansablemente por alcanzar la tan anhelada paz en el país».

Asimismo, Juan Pablo II ha asegurado que «ruega al Señor que haga recapacitar a los responsables, para que liberen a los secuestrados y abandonen toda forma de violencia».

La Pontificia Comisión para América Latina, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, al conocer la gravísima noticia del secuestro del obispo y del sacerdote, ha hecho pública también este martes una declaración en la que rechaza este hecho a la vez que expresa su plena solidaridad con el CELAM, cuyo presidente es el prelado secuestrado, y con toda la Iglesia en Colombia.

La declaración hace un «enérgico llamado para que los responsables de tan execrable hecho respeten la vida, la libertad, la dignidad humana y el ministerio del distinguido miembro de la jerarquía latinoamericana y del sacerdote, liberándolos inmediatamente».

Publicamos a continuación los originales del telegrama pontificio y de la declaración de la Pontificia Comisión para América Latina.

* * *

AL SEÑOR CARDENAL PEDRO RUBIANO SÁENZ
ARZOBISPO DE BOGOTÁ Y
PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA

ANTE LA TRISTE NOTICIA DEL SECUESTRO DE MONSEÑOR JORGE ENRIQUE JIMÉNEZ CARVAJAL, OBISPO DE ZIPAQUIRÁ Y PRESIDENTE DEL CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO, ASÍ COMO DEL PADRE DESIDERIO ORJUELA, QUE LO ACOMPAÑABA, EL SANTO PADRE DESEA HACER LLEGAR A LOS OBISPOS DE COLOMBIA SU INTENSA PARTICIPACIÓN EN EL DOLOR QUE ESTE HECHO PRODUCE, JUNTO CON UN ARDIENTE MENSAJE DE ALIENTO A TODOS LOS PASTORES Y MINISTROS DE LA IGLESIA, PARA QUE PROSIGAN CON GENEROSIDAD SU SERVICIO AL EVANGELIO Y AL PUEBLO DE DIOS EN COLOMBIA, NO OBSTANTE LAS DIFICULTADES Y SINSABORES, TRABAJANDO INCANSABLEMENTE POR ALCANZAR LA TAN ANHELADA PAZ EN EL PAÍS.

MIENTRAS RUEGA AL SEÑOR QUE HAGA RECAPACITAR A LOS RESPONSABLES, PARA QUE LIBEREN A LOS SECUESTRADOS Y ABANDONEN TODA FORMA DE VIOLENCIA, SU SANTIDAD EXPRESA EN ESTAS DOLOROSAS CIRCUNSTANCIAS SU ESPECIAL CERCANÍA AL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Y ESPECIALMENTE A LOS PASTORES Y FIELES DE COLOMBIA, A LA VEZ QUE LES IMPARTE, COMO SIGNO DE GRACIA Y RENOVADA ESPERANZA, LA BENDICIÓN APOSTÓLICA.

CARDENAL ANGELO SODANO
SECRETARIO DE ESTADO DE SU SANTIDAD

[Texto original en castellano]

* * *

DECLARACIÓN DE LA PONTIFICIA COMISIÓN PARA AMÉRICA LATINA

La Presidencia de la Pontificia Comisión para América Latina ha recibido, con profunda consternación, la gravísima noticia del secuestro del Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, Mons. Jorge Enrique Jiménez Carvajal, Obispo de Zipaquirá, juntamente con el sacerdote Desiderio Orjuela.

Al rechazar ese inhumano gesto, en solidaridad cristiana, plena comunión de oraciones y de sentimientos eclesiales con el CELAM, con el Episcopado y con toda la Iglesia en Colombia, desde el Vaticano, esta Pontificia Comisión hace un enérgico llamado para que los responsables de tan execrable hecho respeten la vida, la libertad, la dignidad humana y el ministerio del distinguido miembro de la jerarquía latinoamericana y del sacerdote, liberándolos inmediatamente.

Es lo que desearnos y suplicamos, pidiendo a Dios que Colombia pueda alcanzar la paz y la reconciliación que tanto necesita y anhela.

Vaticano, 12 de noviembre de 2002

Cardenal Giovanni Battista Re
Presidente

Cipriano Calderón Polo
Obispo Vicepresidente

[Texto original en castellano]

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ZENIT Staff

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