El papa pide un examen de conciencia ante la muerte de niños gitanos

En la plaza de San Pedro se encontraban los padres de los pequeños

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 13 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Benedicto XVI pidió este domingo a la sociedad hacer un examen de conciencia sobre la solidaridad ante la muerte de cuatro niños de origen rumano hace una semana en un campamento gitano de Roma.

Recordando el mandamiento central dejado por Jesús, «ama a Dios con todo el corazón y ama al prójimo como a ti mismo», el pontífice recordó durante la oración mariana del Ángelus el drama originado por una estufa de leña que los pequeños habían encendido para calentarse en la noche entre el pasado 6 y 7 de febrero, en ausencia de sus padres.

En la plaza de San Pedro se encontraban presentes centenares de gitanos y, entre ellos, los padres y familiares de los pequeños fallecidos en el incendio, reunidos junto a la Comunidad de San Egido en la plaza de San Pedro del Vaticano para escuchar las palabras del Papa detrás de una pancarta en la que se podía leer «Los gitanos saludan al papa».

Ante el mandamiento del amor, dijo el papa, «el triste caso de los cuatro niños gitanos, fallecidos la pasada semana en las afueras de esta ciudad, en su barraca quemada, exige preguntarnos si una sociedad más solidaria y fraterna, más coherente en el amor, es decir, más cristiana, no habría podido evitar esta tragedia».

«Y esta pregunta es válida para otros muchos acontecimientos dolorosos, más o menos conocidos, que acontecen cotidianamente en nuestras ciudades y en nuestros países», añadió, hablando desde la ventana de su estudio.

El miércoles pasado, numerosos gitanos se habían congregado en la basílica de Santa María en Transtíber, en Roma, para participar en una vigilia de oración por Sebastian, Patrizia, Fernando y Raul, los cuatro niños.

Al final de la ceremonia, el cardenal Agostino Vallini, vicario general del papa para la diócesis de Roma, llevó el saludo a los presentes del Papa. Este domingo, con su visita al Vaticano, los gitanos quisieron dar las gracias a Benedicto XVI.

«El Papa es obispo de Roma, exhorta con fuerza a esta ciudad a ser patria común para romanos, gitanos, inmigrantes. Una ciudad en la que derrote toda forma de racismo y sea posible vivir juntos en una sociedad fundada sobre los valores del amor y de la solidaridad. Garantizar la escuela y la educación de los niños y jóvenes gitanos y una casa digna para sus familias es un imperativo para todos ante una tragedia así», ha comentado el presidente de la Comunidad de San Egidio, Marco Impagliazzo.

 

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ZENIT Staff

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