El Papa presenta a Cristo como «imagen del Dios invisible»

Invita a 3.500 jóvenes a construir su Reino de justicia y paz

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 24 noviembre 2004 (ZENIT.org).- Cristo es la «imagen del Dios invisible», explicó este miércoles Juan Pablo II durante la audiencia general, en la que invitó a los cristianos a participar en la construcción de su Reino de justicia y de paz.

El pontífice meditó en esta ocasión en el «Himno a Cristo». que se eleva al inicio la carta de san Pablo a los Colosenses (1, 3.12-20), en el que aparece Jesús como «corazón de la liturgia y centro de toda la vida eclesial».

La composición, que es presentada en la Liturgia de las Vísperas, la oración de la Iglesia al anochecer, «celebra a Cristo como “primogénito de toda criatura”, es decir, ha sido generado antes de todo ser, afirmando así su eternidad que trasciende el espacio y el tiempo», comenzó explicando el obispo de Roma.

«Él es la “imagen” el “icono” de Dios que permanece invisible en su misterio –añadió–. Ésta fue la experiencia de Moisés, quien en su ardiente deseo de contemplar la realidad personal de Dios, escuchó esta respuesta: “Mi rostro no podrás verlo, porque no puede verme el hombre y seguir viviendo”».

«Por el contrario, el rostro del Padre creador del universo se hace accesible en Cristo, artífice de la realidad creada: “por medio de Él fueron creadas todas las cosas… y todo se mantiene en Él”». Es «”imagen del Dios invisible”, cercano a nosotros a través del acto creativo», aclaró.

«Con su “plenitud” divina –subrayó–, pero también con su sangre derramada en la cruz, Cristo “reconcilia” y “hace la paz” entre todas las realidades, celestes y terrestres».

«De este modo, les restituye su situación originaria, recreando la armonía primigenia, querida por Dios según su proyecto de amor y de vida. Creación y redención están, por tanto, ligadas entre sí como etapas de una misma historia de salvación», indicó.

En esta ocasión, la audiencia se celebró en dos momentos. Antes de encontrarse con los peregrinos en el Aula Pablo VI, el Santo Padre saludó en la basílica vaticana a 3.500 jóvenes y estudiantes de Italia.

«¡Que Jesús sea siempre el centro de vuestra vida! Que sea la luz y la guía de cada decisión que toméis; participad generosamente con vuestro testimonio en la construcción de su Reino de justicia y de paz», les deseó a los chicos y chicas.

Es posible consultar las meditaciones de Juan Pablo II sobre los salmos y cánticos de la Liturgia de las Vísperas pronunciadas en los últimos meses en la sección «Audiencia del miércoles» de la página web de Zenit (www.zenit.org).

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ZENIT Staff

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