El Papa presenta la doctrina social como brújula para el futuro de Cuba

En un mensaje enviado a la Semana Social Católica de la isla

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CAMAGÜEY, lunes, 22 noviembre 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha presentado la doctrina social cristiana como brújula para Cuba en un mensaje enviado con motivo de la IX Semana Social Católica de ese país.

El encuentro, que se celebró en Camagüey del 17 al 21 de noviembre de 2004 por iniciativa de la Comisión Nacional de Justicia y Paz, tuvo por lema: «La verdad, la justicia, el amor y la libertad, fundamentos de la paz según la «Pacem in terris»».

La misiva, enviada en nombre del Santo Padre por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado vaticano, pide a «todos los hijos e hijas de la Iglesia en Cuba un renovado y profundo empeño por estudiar, asumir y poner en práctica» el «Evangelio social».

En las particulares circunstancias que atraviesa Cuba, con un gobierno comunista de más de cuatro décadas, el Santo Padre sugiere «favorecer una presentación del pen¬samiento social cristiano acorde con los rasgos fundamentales de la identidad del pueblo cubano, que pueda ser comunicado en un lenguaje comprensible para sus conciudadanos, e iluminar así la existencia humana y la realidad so¬cial».

«Esto favorecerá, sin duda, una conversión y un estilo de relaciones so¬ciales basadas en el respeto, la defensa y la promoción de la dignidad y los derechos inherentes a toda persona humana», opina la misiva pontificia.

«Es necesario fomentar actitudes más que palabras, gestos y proyectos de justicia y de paz» para que los cubanos puedan «ser los protagonistas de su pro¬pia historia personal y nacional», estimulando «iniciativas que puedan configurar una nueva sociedad, añade el mensaje, leído en la catedral metropolitana de Camagüey por el arzobispo Luigi Bonazzi, nuncio apostólico en Cuba.

Haciendo referencia específica al tema de la Semana Social, centrada en la encíclica del Papa Juan XXIII sobre la paz, el texto constata: «Es un deber y un derecho de cada ciudadano esforzarse por encontrar, entre todos, una salida pacífica de las cri¬sis. Pero es igualmente un deber muy especial de los laicos cristianos, que tienen como exigencia de su vocación y misión dentro de la Iglesia ser luz, sal y fermento en la transformación de la sociedad en la que viven y a la que sirven desde la verdad y la libertad de los hijos de Dios».

Dirigiéndose de manera especial a la difícil situación por la que atraviesa la isla caribeña, afirma: «Hay una relación inseparable entre el compromiso por la paz y el respeto de la verdad».

«La honestidad en dar informaciones, la imparcialidad de los sistemas jurídicos y la transparencia de los procedimientos democráticos dan a los ciudadanos el sentido de seguridad, la disponibilidad para resolver las controversias con medios pacíficos y la voluntad de acuerdo leal y cons¬tructivo que constituyen las verdaderas premisas de una paz duradera»

El deseo confesado del Santo Padre es que la Semana Social celebrada sirva de «laboratorio cultural» «para que los ca¬tólicos de ese amado país puedan dar la debida contribución cristiana al futu¬ro de Cuba».

En la Semana Social Católica participó, entre otros, el obispo Giampaolo Crepaldi, secretario del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, quien afrontó la «Misión de la Iglesia en la solución pacifica de los conflictos» (Cf. Zenit, 17 de noviembre de 2004).

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ZENIT Staff

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