Papa Francisco y Lidia Guerrero - Osservatore Romano

El Papa recibe a la madre de un argentino condenado a muerte en EE.UU.

Víctor Hugo Saldaño permanece en el Corredor de la Muerte del Estado de Texas desde el año 1996

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(ZENIT – Roma).- El papa Francisco ha recibido esta mañana en el Vaticano a Lidia Guerrero, madre de un argentino condenado a muerte en Estados Unidos. Víctor Hugo Saldaño permanece en el corredor de la muerte del Estado de Texas desde el año 1996, fecha de su primera condena a muerte, acusado del robo y asesinato de Paul King en 1995. En el año 2002 la Suprema Corte de Estados Unidos declara nula la primera condena por discriminación racial y obliga a Texas a celebrar un nuevo juicio válido. Esto sucedió en el año 2005, cuando Víctor Saldaño fue condenado nuevamente a muerte. Esa segunda condena es a juicio de sus abogados absolutamente nula por la evidente “incompetencia procesal” que tenía Saldaño en ese segundo juicio.
Al respecto, indican que llevaba 9 años en el Corredor de la Muerte y como consecuencia su estado mental era de degradación mental. “La incompetencia procesal se define por su incapacidad para defenderse o colaborar con su propia defensa. Por lo que ese segundo juicio es tan nulo como el primero”, aseguran.
Tras el encuentro privado con Francisco, Lidia informó a la prensa de que “el Papa me dijo que rezaba por mi hijo y que lo lleva en su corazón y en su memoria”. Asimismo indicó que Francisco “fue muy agradable, me hizo algunos comentarios sobre el caso, que él ya lo conoce. Fui recibida con mucho amor. Me dejó expresar todo lo que yo le pedía”.
«El Papa tiene en mente el caso de mi hijo, reza por él, y no tengo dudas de que va hacer todo lo posible y que hizo todo lo posible. La situación de mi hijo es desesperante, en tres oportunidades él pidió que lo ejecuten, porque lleva una vida que no se merece vivir, se lo tortura psicológicamente», explicó la madre de Saldaño.
En un comunicado escrito, precisa que “Víctor lleva encerrado veinte años. Ahora está siendo medicado en la prisión y de acuerdo a las dosis cambia su estado de salud. Básicamente su salud mental se ha deteriorado de manera ostensible en el corredor de la muerte”.

Los abogados manifiestan que la pena de muerte no sirve ya que «en Estados Unidos la tienen aprobada 32 estados y 18 no y sin embargo la tasa de criminalidad es exactamente la misma”.

El Santo Padre recibió el 20 de marzo de 2015 a la Comisión internacional contra la pena de muerte. En dicha ocasión aseguró que hoy día la pena de muerte es inadmisible, por cuanto grave haya sido el delito del condenado. «Es una ofensa a la inviolabilidad de la vida y a la dignidad de la persona humana que contradice el designio de Dios sobre el hombre y la sociedad y su justicia misericordiosa, e impide cumplir con cualquier finalidad justa de las penas», precisó. A la vez que indicó que «no hace justicia a las víctimas, sino que fomenta la venganza». Para un Estado de derecho –dijo el papa Francisco–  la pena de muerte representa un fracaso, porque lo obliga a matar en nombre de la justicia.

También en el ángelus del pasado 21 de febrero, a propósito de un Congreso que se iba a celebrar esos días en Roma, recordó que las «sociedades modernas tienen la posibilidad de reprimir eficazmente el crimen sin quitar definitivamente a quien lo cometió la posibilidad de redimirse». El problema –explicó– va encuadrado en la óptica de una justicia penal que sea cada vez más conforme a la dignidad del hombre y al designio de Dios para el hombre y la sociedad y también a una justicia penal abierta a la esperanza de la reinserción en la sociedad. El Papa aseguró que el mandamiento «no matarás», tiene valor absoluto y se refiere tanto al inocente como al culpable.

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ZENIT Staff

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