El Papa recibe a una polí­tica italiana discapacitada

Ileana Argentin: «Francisco ha marcado realmente la diferencia para el mundo del handicap. Ha bastado cuando besó a aquel chico discapacitado en la plaza»

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El santo padre Francisco ha recibido esta mañana a Ileana Argentin, discapacitada, conocida por su compromiso, sus responsabilidades y su competencia en el campo de la discapacidad, antes en el ámbito del Ayuntamiento de Roma y ahora en el del Parlamento italiano.

Ileana se dirigió al Papa con una carta personal, pidiendo poder presentarle diversas problemáticas relacionadas con la discapacidad. Según informa un comunicado de la Sala de Prensa del Vaticano, el Papa contestó después de poco tiempo para invitarla a un coloquio, que finalmente ha tenido lugar esta mañana en el Palacio Apostólico y ha durado en torno a media hora.

El tema principal sobre el que han hablado la señora Argentin y el Papa ha sido el apoyo que hay que dar en particular a los padres de las personas  con graves discapacidades, que viven con gran preocupación la perspectiva de lo que podrá suceder a los hijos después de su muerte y las dificultades parar cuidarles por parte de sus hermanos y hermanas.

Por otro lado, también han tratado otros argumentos como por ejemplo la superación de las barreras arquitectónicas en los edificios públicos y en las estructuras eclesiásticas.

En el comunicado distribuido a los periodistas, informan que el Papa ha manifestado gran atención e interés en todo lo que ha dicho la señora Argentin y ha asegurado, con expresión de gran cordialidad, su participación y su estímulo para todas las personas e iniciativas que se comprometen para afrontar con cada vez más empeño y conciencia los problemas relacionados con la discapacidad.

En una entrevista concedida a Radio Vaticano, Ileana ha contado que ella ha acudido al Papa «para pedir que nuestras reivindicaciones de derechos sean acompañadas por esta fe. Yo soy católica, siempre he creído, pero el papa Francisco ha marcado realmente la diferencia para el mundo del handicap. Ha bastado cuando besó a aquel chico discapacitado en la plaza, la primera vez, para hacer caer el primer muro, el del prejuicio. Por tanto he ido donde él con la esperezando que podamos continuar a trabajar juntos, sobre todo sobre el respeto y el reconocimiento de los padres».

 Además, le ha dicho al Papa que «la experiencia de esta mañana le ha dado una carga todavía más fuerte. Hay necesidad que también nosotros los discapacitados paremos de pensar en nosotros personalmente y recordar que hay muchos otros que ni siquiera tienen voz para hablar. Y sobre esto nos hemos despedido diciendo ¡no rendirse e ir hacia adelante!»

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ZENIT Staff

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