CIUDAD DEL VATICANO, 21 junio 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II recibió en audiencia este viernes al arzobispo de Canterbury, el doctor George Carey, que en otoño concluirá su mandato pastoral.
En el encuentro, el pontífice recordó algunos de los acontecimientos más importantes de las relaciones entre católicos y anglicanos en once años en los que el doctor Carey a estado al frente de la Comunión anglicana, que en el mundo cuenta con 70 millones de fieles.
La visita tenía un cierto sabor a despedida, pues Carey ha anunciado, con cuatro años de antelación, su retiro para el 31 de octubre próximo.
El obispo de Roma en su discurso mencionó en particular la Declaración Común que los dos líderes religiosos firmaron en 1996.
El Santo Padre no ocultó tampoco los «obstáculos que nos separan de la plena comunión», por lo que confirmó su determinación «de continuar con las consultaciones sobre cómo la relación entre la Comunión anglicana y al Iglesia católica puede progresar».
En este sentido, el Papa confesó su esperanza de que la Comisión creada en enero de 2001 entre la Iglesia católica y la Comunión anglicana sirva para avanzar hacia la unidad plena.
Por último, el pontífice reconoció la labor del doctor Carey a favor del «diálogo» en Tierra Santa, «ofreciendo posibilidades de encuentro a líderes cristianos, judíos, y musulmanes para buscar una solución definitiva» al conflicto en Oriente Medio.
