El papa recibe un rosario de los jóvenes detenidos con la inscripción "Candelária Nunca Mais"

Portavoz del Vaticano comenta el viernes de la JMJ

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Los tres encuentros del papa de ayer por la mañana; el parque Quinta da Boa Vista para confesar cinco jóvenes, la reunión con jóvenes detenidos y el almuerzo con un pequeño grupo de jóvenes fueron comentados ayer durante la rueda de prensa con el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi.

Al llegar a Quinta da Boa Vista, antes de ir a la confesión, el papa Francisco fue a la tienda de adoración donde estaban rezando algunas hermanas de la Madre Teresa de Calcuta y se detuvo allí durante unos minutos – dijo Lombardi- después pasó cerca de 25 minutos confesando a los cinco jóvenes. El primero lo hizo de la forma tradicional, a través de la rejilla, y los demás lo hicieron arrodillados frente al papa.

A continuación, se dirigió hasta el Palacio del arzobispado donde se encontró con algunos presos jóvenes. Eran 8 jóvenes de 4 cárceles diferentes para menores de edad de la ciudad de Río de Janeiro. Estuvieron presentes en la reunión el cardenal emérito de Río, Eusebio Oscar Scheid; un juez, quien agradeció la labor de la Iglesia en las prisiones, y una persona responsable de la Pastoral Penitenciaria.

Fue un encuentro muy tranquilo y normal, los jóvenes se expresaron libremente. Al final una de las chicas cantó una canción compuesta especialmente para el papa Francisco, ella misma entregó al pontífice una carta de sus compañeros de prisión.

Un momento muy fuerte – dijo el padre Lombardi – fue cuando entregaron al papa una bolsa con un rosario gigante y en la cruz una inscripción Candelária Nunca Mais, (hace referencia a una redada de la policía en Río de Janeiro que en julio de 1993 provocó la muerte de ocho niños y adolescentes de la calle que dormían delante de la Iglesia de Candelaria).  En cada «bolita» aparecía el nombre de los jóvenes asesinados en la masacre. El papa no hizo ningún discurso, pero había una fuerte expresión de aliento, de mirar hacia el futuro, y pidió a todos ellos que oren por él – afirmó.  El papa repitió: «No más violencia, solo amor».

El portavoz del Vaticano reveló que el papa Francisco cada dos semana llama por teléfono a un grupo de encarcelados de Argentina.

Otro momento importante  – continuó Lombardi – fue el almuerzo con otro grupo de jóvenes. El encuentro comenzó a las 12.35 y terminó a las 14.15. El papa Francisco estuvo sentado a la mesa con monseñor Orani y los doce jóvenes, dos representantes de cada continente y dos de Brasil.

Algunos jóvenes que almorzaron con el Papa, estuvieron presentes en la rueda de prensa y dieron su testimonio. Comentaron que el papa habló sobre la esperanza y que «hay que ir al encuentro del otro, y cuando damos, encontramos esperanza» – dijo la joven colombiana Paula.

Así mismo, contaron que el papa les dijo que no somos islas, somos comunidad. Les animó a buscar consejeros espirituales, no para un momento de dificultad, sino para toda la vida, «no crean que el papa es un señor que sabe todo, el papa tiene un confesor que lo guía en la vida», contó Paula. También les dijo que: «El trabajo da dignidad al hombre. Y los jóvenes sin trabajo, ¿cómo encuentran esa dignidad? Hay que ayudarles».

Al final hubo un tiempo para intercambiar regalos y el papa tomó un café con los jóvenes.

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ZENIT Staff

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