CASTEL GANDOLFO, 3 agosto 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II, que en este viernes no mantuvo encuentros públicos en su residencia de Castel Gandolfo, recordó en privado el centenario del nacimiento de un amigo que cambió decisivamente su vida, el cardenal Stefan Wyszynski.
Al cardenal de Varsovia se debe una de las «profecías» que más han influido en este pontificado. El mismo Papa Wojtyla confesó en 1994, tras haber sido internado en el Hospital Gemelli de Roma: «El cardenal Wyszynski a inicio de mi pontificado me dijo: «Si el Señor te ha llamado, tú tienes que introducir la Iglesia en el tercer milenio!»».
«Comprendí entonces –añadió el Santo Padre–, que tengo que introducir la Iglesia de Cristo en este Tercer Milenio con la oración, con diferentes iniciativas. Pero me di cuenta de que esto no es suficiente. Había que introducirla con el sufrimiento, con el atentado. El Papa tenía que ser agredido, tenía que sufrir para que toda familia, para que el mundo vea que hay un Evangelio por decir así superior, el Evangelio del sufrimiento».
El cardenal Wyszynski había pronunciado estas palabras cuando el 16 de octubre de 1978, Karol Wojtyla se convirtió en el sucesor número 263 de Pedro. Tres años después, el 28 de mayo de 1981, se apagaba la vida del primado de Polonia, que había comenzado el 3 de agosto de 1901 en Zuzela.
Con tan sólo 48 años, Pío XII le nombró arzobispo de Gniezno y Varsovia, primado de Polonia, en plena represión del régimen comunista.
Con «valentía indomable», como dirá después Juan Pablo II, con motivo de su fallecimiento, defendió la libertad religiosa.
En 1953 el gobierno le suspendió de sus funciones eclesiásticas, y fue denunciado por «abuso de autoridad», encerrándole en un monasterio.
En 1956 fue restablecido en sus funciones y al año siguiente pudo venir finalmente a Roma para recibir la birreta cardenalicia que le había dado en 1953 Pío XII. En aquellos años, Karol Wojtyla era profesor en la Universidad de Lublín, poco después fue nombrado obispo.
El Parlamento de la República de Polonia ha dedicado el año 2001 al cardenal Wyszynski, definiéndole el «primado del milenio».
En febrero pasado, la arquidiócesis de Varsovia concluyó solemnemente el proceso diocesano de la causa de beatificación del cardenal Stefan Wyszynski, que ahora pasa a ser analizada por la Congregación vaticana para las Causas de los Santos.
