CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 12 diciembre 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II recordó «con emoción» su viaje del 14 al 15 de agosto al santuario de Lourdes en los Pirineos franceses al recibir en audiencia este sábado a un grupo de peregrinos de esa diócesis, acompañados por su obispo, monseñor Jacques Perrier.
Con esta audiencia el Santo Padre quiso agradecer a esa diócesis la «cálida acogida» que le ofreció en su viaje internacional número 104, que culminó con una eucaristía celebrada en la Pradera del santuario con la participación de más de 300.000 peregrinos.
«Me acuerdo con emoción de mi peregrinación a la gruta de Massabielle, que me permitió recogerme ante Nuestra Señora en este 150 aniversario del dogma de la Inmaculada Concepción», les dijo el Papa a sus huéspedes en el breve saludo que les dirigió en francés.
Según la narración de las apariciones a Bernadette Soubirous, el 25 de marzo de 1858, cuatro años después de que el Papa Pío IX definiera oficialmente el dogma, la Virgen María se presentó como «la Inmaculada Concepción».
«Doy las gracias a todas las personas que han contribuido al buen desarrollo de mi estancia –aseguró–. Mi pensamiento se dirige a los enfermos y a todos los voluntarios de los santuarios».
Por último, el Papa se asoció «a todos los peregrinos que vienen a confiar sus intenciones a María, Madre de la Iglesia y Madre Nuestra».
