El Papa recuerda el “vínculo especial” de Viterbo con la Santa Sede

“Debe ser un estímulo para vivir vuestra fe cristiana

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VITERBO, domingo 6 de septiembre de 2009 (ZENIT.org).- El Papa habló, antes del rezo del Ángelus con los participantes de la Eucaristía celebrada en el Valle Faul, durante su visita pastoral a la diócesis de Viterbo-Bagnoregio, de la importancia de esta ciudad italiana en la historia de la Iglesia.

Así lo manifestó también a lo largo de la mañana, durante su visita al Palacio de los Papas y a la catedral, y posteriormente durante la homilía, recordando el significado histórico de la Ciudad de los Papas.

“Desde hace muchos siglos vuestra diócesis se distingue por su singular vínculo de afecto y comunión con el Sucesor de Pedro”, afirmó.

La ciudad de Viterbo, afirmó, “fue con justicia llamada Ciudad de los Papas”, ya que “fue elegida durante toda la segunda parte del siglo XIII como residencia de los Pontífices Romanos; aquí fueron elegidos cinco de mis predecesores, y cuatro de ello están enterrados en ella; más de cincuenta la han visitado -el último el Siervo de Dios Juan Pablo II hace 25 años”.

Además, en el territorio de la diócesis, añadió, “ nació san León Magno, que hizo un gran servicio a la verdad en la caridad, a través de un asiduo ejercicio de la palabra, del que dan testimonio sus Sermones y sus Cartas. En Blera nació el papa Sabiniano, sucesor de san Gregorio Magno; en Canino nació Pablo III”.

Esto, añadió, “constituye un ulterior estímulo para vivir y dar testimonio de la fe cristiana, la misma fe por la que dieron la vida los santos mártires Valentino e Hilario, custodiados en la Iglesia catedral, los primeros de una larga estela de santos, mártires y beatos de vuestra tierra”.

También se refirió al lema elegido para esta visita, “Confirma a tus hermanos”, explicando que el deber confiado por Dios al Sucesor de Pedro es “el deber de ser aquí en la tierra el Pastor de toda su Iglesia”.

“Esta invitación del Señor la advierto hoy dirigida a mí con una intensidad singular. Rezad, queridos hermanos y hermanas, para que pueda llevar a cabo siempre con fidelidad y amor la misión de Pastor de todo el rebaño de Cristo”, añadió.

Después del Ángelus, el Papa se dirigió al santuario de la “Madonna della Quercia”, y se detuvo también en el Santuario de Santa Rosa, Patrona de Viterbo, para venerar sus reliquias.

[Por Inma Álvarez]

 

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ZENIT Staff

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