El Papa recuerda la responsabilidad de los comunicadores en el servicio a la paz

La desinformación promueve conflictos étnicos, religiosos, o ideológicos

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CIUDAD DEL VATICANO, 24 enero 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha recordado la grave responsabilidad que tienen los medios de comunicación en la promoción de la paz en el mensaje que ha escrito con motivo de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebrará el 1 de junio de 2003.

«Con frecuencia los medios prestan un valiente servicio a la verdad –constata la misiva pontificia–; pero a veces funcionan como agentes de propaganda y desinformación al servicio de intereses estrechos o de prejuicios de naturaleza nacional, étnica, racial o religiosa, de avidez material o de falsas ideologías de tendencias diversas».

«Ante las presiones que empujan a la prensa a tales errores», según el Santo Padre, «es imprescindible una resistencia ante todo por parte de los propios hombres y mujeres de los medios, pero también de la Iglesia y otros grupos responsables».

El mensaje, hecho público este viernes, 24 de enero, fiesta de san Francisco de Sales, patrono de los periodistas, lleva por lema «Los medios de comunicación al servicio de la auténtica paz, a la luz de la Pacem in terris», la encíclica que escribió el beato Papa Juan XXIII hace exactamente 40 años.

En aquel histórico documento, publicado en plena guerra fría, el Papa Bueno presentó la verdad, la justicia, la caridad y la libertad como los pilares de una sociedad pacífica.

Tras constatar que en las últimas décadas «ha crecido enormemente el poder de los medios para moldear las relaciones humanas e influenciar la vida política y social, tanto para el bien como para el mal», Juan Pablo II asegura que «la exigencia moral fundamental de toda comunicación es el respeto y el servicio a la verdad».

Por ese motivo, aclara el mensaje, la Iglesia defiende el derecho a «buscar la verdad libremente y, dentro de los límites del orden moral y el bien común, manifestar y difundir las propias opiniones, todo ello como condición necesaria para la paz social».

Por eso, explica, «si bien es cierto que los medios suelen pertenecer a grupos con intereses propios, privados y públicos, la naturaleza intrínseca de su impacto en la vida requiere que no favorezcan la división entre los grupos –por ejemplo en el nombre de la lucha de clases, del nacionalismo exacerbado, de la supremacía racial, la limpieza étnica u otros similares–».

En particular, subraya, promover el enfrentamiento «en nombre de la religión es un error particularmente grave contra la verdad y la justicia, como lo es el tratamiento discriminador de las creencias religiosas, pues éstas pertenecen al espacio más profundo de la dignidad y libertad personal».

«La libertad –para el Papa– es una condición previa de la verdadera paz, así como uno de sus más preciosos frutos. Los medios sirven a la libertad sirviendo a la verdad, y por el contrario, obstruyen la libertad en la medida en que se alejan de la verdad y difunden falsedades o crean un clima de reacciones emotivas incontroladas ante los hechos».

«Sólo cuando la sociedad tiene libre acceso a una información veraz y suficiente, puede dedicarse a buscar el bien común y respaldar una responsable autoridad pública», aclara.

El Papa concluye asegurando sus oraciones para que «los hombres y las mujeres de los medios asuman más que nunca el desafío de su vocación: servir al bien común universal. De ello dependen, en gran medida, su realización personal y la paz y felicidad del mundo».

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ZENIT Staff

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