El Papa recuerda las guías para la acción caritativa de organizaciones católicas

Al recibir a los miembros de Caritas Internationalis

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 8 junio 2007 (ZENIT.org).- La actividad de caridad, ya sea individual u organizada, en la Iglesia debe encontrar siempre su punto de referencia en Cristo, «la fuente de la caridad», recuerda Benedicto XVI.

La audiencia que concedió este viernes a los miembros de Caritas Internationalis, reunidos en el Vaticano en Asamblea General, dio oportunidad al pontífice para profundizar en los fundamentos teológicos de la acción que lleva a cabo esta confederación mundial católica de ayuda.

«La caridad tienen que entenderse a la luz de Dios, que es «caritas»: Tanto amó Dios al mundo que le dio a su único Hijo (Jn 3, 16). De esta manera vemos que el amor encuentra su mayor realización en la entrega de uno mismo», explicó el Papa.

«Esto es lo que Caritas Internationalis intenta lograr en el mundo. El corazón de Caritas es el amor sacrificial de Cristo, y toda forma de caridad individual y organizada en la Iglesia debe siempre encontrar su punto de referencia en Él, la fuente de la caridad», subrayó el Santo Padre.

Esta perspectiva se traduce en implicaciones prácticas para la labor de las organizaciones caritativas. El Papa insistió en dos: «La primera es que todo acto de caridad debería estar inspirado por una experiencia personal de fe, que conduzca al descubrimiento de que Dios es Amor».

Por eso, siguiendo al Santo Padre, la acción caritativa se enmarca en un testimonio de amor ante el mundo.

En segundo lugar, indicó: «El amor de Dios se ofrece a todos, por lo tanto la caridad de la Iglesia también es universal en su objetivo, y así, tiene que incluir un compromiso con la justicia social».

Consciente de que el mero cambio de estructuras injustas no es garantía de felicidad para las personas, y subrayando que la cuestión política es ajena a la Iglesia, el Papa recordó que la misión eclesial «es promover el desarrollo integral de la personal humana».

De hecho «los grandes desafíos que enfrenta el mundo actualmente, como la globalización, los abusos de los derechos humanos, las estructuras de injusticia social, no pueden afrontarse y superarse a menos que se centre la atención en las necesidades más profundas de la persona humana: la promoción de la dignidad humana, el bienestar y, finalmente, la salvación eterna».

Son principios que el Santo Padre también ha ofrecido a Caritas Internationalis, para que prosiga su labor. E hizo balance, subrayando el «excepcional testimonio» que la confederación mundial ha dado al mundo, desde que emprendió su actividad en Alemania, hace más de un siglo.

Desde entonces se multiplicaron las organizaciones que llevan este nombre y que fueron reunidas, por iniciativa de la Santa Sede, en la Confederación Caritas Internationalis, que actualmente cuenta con más de 150 organizaciones nacionales.

Como explicó este viernes el Papa, precisamente el carácter público de esta actividad caritativa, enraizada en el amor de Dios, llevó a Juan Pablo II a conferir personalidad legal pública y canónica a Caritas Internationalis.

De ahí que la confederación «no trabaje simplemente en representación de la Iglesia, sino que es verdaderamente una parte de la Iglesia, íntimamente comprometida en el intercambio de dones que se realiza en muchos niveles de la vida eclesial», apuntó Benedicto XVI.

Signo del respaldo de la Santa Sede a Caritas Internationalis es el acompañamiento y guía que recibe del Pontificio Consejo Cor Unum, brazo de la caridad del Papa.

Más información en www.caritas.org.

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ZENIT Staff

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